Sanar el Chakra Ajna: Del Camino Omega al Camino Alfa

Sanar el Chakra Ajna: Del Camino Omega al Camino Alfa

Camino omega

El camino omega de Ajna habla de personas deprimidas que padecen dolores de cabeza, sufren confusión y pensamientos desordenados y dispersos. Los problemas de visión también están relacionados con el desequilibrio de este chakra, así como las dificultades en el aprendizaje, perturbaciones neurológicas y glaucoma.

Cuando está cerrado: el superficial

Otra vía del camino omega del Tercer Ojo aparece cuando el chakra está cerrado o gira muy despacio, es decir, en hipofunción. En este caso, la única realidad que concibe la persona es la que ven sus ojos, la del mundo exterior. Así, la vida para ella está determinada por deseos materiales, necesidades corporales y emociones no reflexivas. Ascender en el trabajo, tener una casa más grande, comprarse el último modelo de un coche, conocer la Polinesia y tener una aventura amorosa son ejemplos de las inquietudes de Ajna cerrado. Rechaza las verdades espirituales por no comprenderlas; tampoco entiende el lenguaje de los símbolos y si se encuentra con la sincronicidad o con sueños repetitivos dirá que sólo son casualidades. El Ajna en hipofunción huye de las disputas intelectuales y su pensamiento se orientará fundamentalmente a las opiniones predominantes y a los tópicos.

Olvidadizo por naturaleza, tiende a la indisciplina, haciendo planes que luego nunca cumple, sin importarle nunca la decepción y la frustración de aquellos a los que involucra en sus planes. Su mayor temor es el éxito y en un extremo puede presentar cuadros esquizoides, guiándose exclusivamente por sus patrones emocionales no resueltos. Los problemas oculares, que pueden ir desde una conjuntivitis a una ceguera, y las pesadillas son avisos para que la persona que tiene cerrado este chakra enfoque la vista hacia su interior.

El arquetipo más representativo de Ajna cerrado es el superficial, porque no ve más allá de las apariencias y de los tópicos familiares, culturales y sociales.

Cuando está demasiado abierto: el cuadriculado

Si el chakra está demasiado abierto, nos encontraremos una persona excesivamente lógica, dogmática, autoritaria y arrogante. Despreciará todo aquello que no puede entender con la razón y se mostrará frío ante el lado emocional y espiritual de la vida. Son grandes analistas intelectuales, aunque rígidos en sus planteamientos; ven la vida en compartimentos estancos, carecen de una visión holística. Su mayor problema es la prepotencia: se jactan de su gran inteligencia, de su agudo ingenio y les gusta escucharse a ellos mismos, con lo que tratan de influir en otros a través de su pensamiento o se enzarzan en absurdas discusiones para tener siempre razón, porque saben más, tienen un criterio mejor asentado.

Shalila Shamaron y Bodo J. Baginski añaden al desequilibrio de Ajna una aportación enormemente interesante: «Otra repercusión de las energías mal dirigidas del sexto chakra aparece cuando el chakra radical (y con él la toma de tierra) está alterado y cuando existen otros chakras cuyo funcionamiento armónico está bloqueado. Entonces puede suceder que, aun cuando tengas acceso a los niveles más sutiles de la percepción, no reconozcas en su verdadero significado las imágenes e informaciones recibidas. Éstas se mezclan con tus propias ideas y fantasías, que provienen de tus patrones emocionales no procesados. Estas imágenes marcadas subjetivamente pueden ser tan dominantes que tú las contemples como la única existencia, las proyectes al mundo exterior y pierdas la referencia de la realidad».

Las personas que se niegan a ver la verdad, aceptando e integrando su sombra y la del mundo, también presentan un desequilibrio en Ajna y lo que harán sea proyectarla, negarla y autoengañarse

Una sobreintelectualización de la vida puede bloquear el Tercer Ojo, haciendo que la persona active el arquetipo de cuadriculado, pues todo es pasado por el tamiz de la razón, la lógica y el intelecto

Los dones intelectuales en este tipo de personas no se utilizan correctamente, puesto que no son empleados como un medio para comprender y resolver los problemas de nuestra vida, sino de forma sistemática y para todo, desechando todo cuanto no se puede explicar con la razón. El cuadriculado vive únicamente en su hemisferio izquierdo y es como una máquina, incapaz de conectar con la emoción.

La patología del cuadriculado sería la alextimia, la enfermedad de las personas incapaces de sentir. Es el gran teórico, pues elabora complicadas teorías acerca de todo sin llegar a sentir dinámicamente los ciclos de la energía que le rodea. Trata de dominar las fuerzas del caos viviendo solamente a partir de los dictados y construcciones de su cerebro izquierdo, y pocas veces se deja enredar por los sentimientos y las emociones, sobre todo los que están conectados con el miedo y la inseguridad.

Tampoco es capaz de enamorarse, de emocionarse ante un atardecer o de inspirarse con el olor de la tierra mojada tras una tormenta. No conecta con el llanto de un niño, ni con el dolor de una mujer que ha perdido a su amante. Parece que en él sólo hay lógica y matemáticas. Su mente está seca, posee una cualidad estática que limita su felicidad y restringe su capacidad de gozo. Los cuadriculados son además hombres y mujeres muy duros, férreamente disciplinados, que exigen a los demás tanto como se exigen ellos mismos y ante un fallo no tienen piedad. La compasión y la empatía son palabras vacías de significado para ellos, porque no logran sintonizar con el dolor del otro.

La inteligencia emocional y la intuición son registros nulos para la mente cuadriculada. Y si tiene que hablar de ellas, realizará una antología de libro y lo hará desde el punto de vista mental o intelectual, no desde el sentimiento.

La espontaneidad y la expansión no entran en su mente, pues actúa siguiendo los mismos patrones una y otra vez, y el mismo esquema en todas las situaciones, con lo que la creatividad es algo imposible

Por otro lado, el cuadriculado posee una mente sobreestimulada y con frecuencia está lleno de tensión derivada de la preocupación o de una saturación de cálculos. Además, en la medida en la que está permanentemente centrado en controlar, ganar, lograr y conquistar, esto le deja agotado, ansioso y preocupado. Enfocado únicamente en el hemisferio izquierdo, se pierde el mundo de la intuición, la creatividad y la alegría, que viven en el hemisferio derecho y que tanto podrían equilibrarle si abriera la puerta a la espontaneidad.

Camino alfa: el espontáneo

Cuando Ajna está abierto, la persona muestra gran claridad, apertura mental e intuición. Comprende, de forma instintiva, la interconexión de todas las cosas y se siente como un engranaje dentro de un sistema mayor. Presenta desapego, puesto que no se deja atrapar por emociones distorsionadoras, ya que ha desarrollado una conciencia que le permite mirar lo que le sucede desde un punto de vista objetivo y desde una visión simbólica.

El camino alfa del sexto chakra busca por encima de todo la verdad, independientemente de si gusta o no lo que descubre, y basándose en ella toma las decisiones correspondientes. Los dos hemisferios de su cerebro están al servicio de su Ser, lo que significa que ha logrado crear una coherencia entre lo que piensa y lo que siente, desarrollando una inteligencia emocional que le permite actuar guiándose por su intuición y su sabiduría internas.

El autoconocimiento le ha conducido a la clarividencia, a la clariaudiencia y a la telepatía, puesto que conoce las consecuencias de sus actos y además crea conscientemente su realidad a través de la visualización; puede escuchar a su Ser y a sus guías, dejándose conducir por ellos a través de las señales, y es capaz de comunicarse sin hablar, a través del sentir, puesto que sabe que las fronteras y los tiempos no existen, son ilusorios, son maya.

A las personas que tienen abierto y en equilibrio el sexto chakra se las distingue por su alegría, su actitud de gratitud ante la vida y su humildad

Son sanadores natos y grandes consejeros, pero sobre todo son grandes maestros, puesto que su mayor gozo es compartir su conocimiento y lograr que otros se pongan en contacto con su propia maestría.

El arquetipo que mejor representa a Ajna en armonía es el espontáneo. Éste surge de la aceptación de uno mismo, de las situaciones que le trae la vida y de haber descubierto que se merece una vida serena, amable y feliz. De la aceptación pasa al amor hacia sí mismo y al cambio de visión de la realidad: este universo deja de ser un lugar hostil (el lema de Hobbes «el hombre es un lobo para el hombre», típico de la visión cuadriculada, pierde valor) para convertirse en un hogar benigno y amoroso. Esta conclusión interna abre una puerta a entender la vida de otra manera. El espontáneo descubre en la imaginación y en la intuición dos formas fabulosas para complementar y enriquecer su inteligencia.

La persona empieza a confiar en ella misma y a responsabilizarse de todas sus decisiones y entonces se produce algo maravilloso: la vida poco a poco se transforma en una aventura mágica en la que todo está conectado con el espíritu.

Cuanto más se ama y se respeta a sí mismo, más entra en contacto con el espíritu. Y entonces entra en escena la creatividad y la persona empieza a desarrollar lo que la hace feliz, haciendo que el espíritu se abra más y más.

Esto la lleva a escucharse a sí misma, pero no en el discurso intelectual, sino a la voz de su Ser, que le habla a través de sus propios símbolos en la vida cotidiana, y poco a poco, disfrutando con las pequeñas cosas de la vida y sintiéndose pleno al desarrollar lo que le hace feliz, mientras vive conectado a su sabiduría interna, se produce la eclosión del Ser que Es.

FORMAS DE SANAR EL SEXTO CHAKRA

Meditación

La mejor forma de armonizar Ajna es abriéndonos a la visión. La meditación, magnífico recurso para abrir y armonizar todos los chakras, es el instrumento por excelencia en éste, ya que es la manera de acallar nuestra mente y escuchar nuestra voz interna.

Visión aural

Pero además de la meditación, el sexto chakra puede beneficiarse enormemente si practicamos la visión aural. La posibilidad de ver los campos sutiles ha fascinado al hombre desde tiempos remotos. Aunque parezca increíble, la percepción visual de estos campos es una forma de conocimiento perceptual humano, que potencialmente existe en todas las personas y puede ser estimulada mediante técnicas específicas muy sencillas. Una de ellas es la visión aural, que desarrolla potencialidades humanas no habituales, permitiendo alcanzar esta habilidad.

La visión aural reconoce la existencia de los campos sutiles, que trascienden a la realidad física e interpenetran y rodean a todas las cosas existentes. Cuando hablamos de campos sutiles nos estamos refiriendo al otro lado de las cosas, al medio en que se producen y manifiestan ciertos fenómenos que no se someten a una interpretación física convencional y hacen referencia a un nivel más profundo de la realidad o a una dimensión paralela y menos accesible.

Abrirnos a la visión aural es en realidad una vía para abrir y armonizar el Tercer Ojo. Junto a la visión aural, son también recomendables otras prácticas que hacen nuestra mente más ágil.

Proyección astral

La proyección astral (estando debidamente protegidos) y la habilidad de introducirse en objetos, animales, plantas y personas son también prácticas aconsejables. Para hacer esto basta con ponerse en actitud de meditación, relajarse y conectar con un objeto e intentar sentirlo hasta que, haciendo una proyección astral, consigamos introducirnos en él. Entonces se realiza un ejercicio consistente en sentir su energía y visualizar su perspectiva. Si se trata de un ser vivo, hemos de pedir permiso a esa entidad. Ésta es una práctica que desarrollan algunos sanadores y chamanes, especialmente los vinculados al nagualismo.

Contemplación

Pasar tiempo solo, mirando al cielo estrellado y contemplando el vacío, también abre y armoniza el sexto chakra. Otras maneras de trabajar con Ajna son: contemplar el cielo de la hora azul, justo después del atardecer; conectar con nuestros guías a través de una visualización guiada, pedirles consejo a través de paquetes de pensamiento y escribirlos en un diario; llevar un diario de sueños y sincronicidades, apuntando asimismo nuestras intuiciones y percepciones, lo cual ayuda a desarrollar la conciencia simbólica, y practicar la visualización para crear lo que deseemos en nuestra vida.

Es recomendable colocar las gemas y cristales indicados (amatista, apatita morada, azurita, calcita, zafiro, fluorita, lapislázuli) en el entrecejo mientras nos tumbamos para meditar; vestirse de añil o índigo y hacer un altar en el que reine este color: piedras, velas, los inciensos y esencias apropiadas.

Desde un punto de vista psicoterapéutico, propongo varias opciones. Por un lado, para desarrollar la conciencia simbólica y autoconocerse, descubriendo los patrones internos, y encaminarnos a la creación de nuestra vida de una forma consciente, sugiero el trabajo con el inconsciente a través del viaje del héroe, es decir, el trabajo con sueños, sincronicidades, cuentos, arquetipos, regresiones y demás manifestaciones del inconsciente.

Terapia regresiva

La terapia regresiva, de la que ya hablamos cuando tratamos el primer chakra, puede ayudarnos a conocernos, recuperando nuestro pasado para vivir mejor el presente; además, también nos ayuda a salirnos de la linealidad del tiempo y nos permite percibirlo tal y como es en nuestro inconsciente: simultáneo. La sanación de las vidas pasadas libera nuestro presente y nos proyecta a un futuro más pleno. Las progresiones podrían ser de gran utilidad como broche final de una terapia regresiva. Asimismo, la terapia regresiva es una herramienta muy poderosa para unir los hemisferios cerebrales (libera la emoción y pone a la lógica a interpretar, desde la experiencia vivida, lo que el hemisferio derecho siente) y desarrollar la conciencia simbólica (las regresiones son como los sueños, tienen una dimensión real y otra metafórica, ambas igualmente válidas y valiosas).

Terapia tensérgica

Otra herramienta enormemente efectiva a la hora de abrir y armonizar Ajna es la terapia tensérgica. Está basada en la idea de que el cuerpo es el reflejo de las emociones, y consiste en un masaje con las manos, piedras y cuarzos buscando los bloqueos energéticos que se descubren como puntos ciegos de energía en los que se concentra el dolor. Al entrar físicamente en contacto con estas zonas localizadas, la persona entra en un estado alterado de conciencia por el que suele revivir una situación emocional que quedó bloqueada y se libera experimentándose el dolor. El resultado es una reestructuración del organismo desde el punto de vista físico, mental y emocional.

EMDR

Muy beneficioso para Ajna es el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), psicoterapia que consiste en la estimulación bilateral de los dos hemisferios cerebrales a través de la vista (con el clásico reloj que se mueve de un lado a otro utilizado en las películas por los hipnólogos), del oído (con un tambor tocado por el terapeuta) o del tacto (dando suaves y rítmicos golpecitos sobre las piernas o los pies del paciente como si se tratara de un tambor). Esto se traduce en un movimiento ocular, que es el que vivimos durante nuestro sueño diario en la fase REM, lo que induce a un estado de relajación que facilita la conexión de los dos hemisferios cerebrales.

De esta manera se accede a las emociones y acontecimientos pasados no resueltos y, por tanto, reprimidos (hemisferio derecho), siendo el propio paciente quien lo procesa desde su parte lógica y racional (hemisferio izquierdo) y le da una solución. El EMDR en realidad funciona liberando las emociones y procesando a partir de la lógica y la experiencia adquirida con el tiempo. Son dos herramientas en las que el paciente es quien lleva la batuta y el psicoterapeuta es sólo un guía que le dirige al encuentro con su inconsciente.

Es tremendamente eficaz y rápido para procesar experiencias traumáticas pasadas, como abusos y duelos, así como fobias o trastornos psicosomáticos. Se está empleando con las víctimas de atentados terroristas como el del 11-S y el 11-M.

Asesoramiento filosófico

Por último, otra forma de autoconocerse y ponerse en contacto con la propia sabiduría es el asesoramiento filosófico. No es una psicoterapia y quienes lo practican no son psicoterapeutas, sino filósofos. Sin embargo, los que lo han probado reconocen abiertamente que tiene efectos terapéuticos, porque les ha ayudado a ser más felices, algo que no consiguieron a través de la psicología y mucho menos mediante la psiquiatría.

Esto mismo decía Lou Marinoff hace unos años con su best seller Más Platón y menos Prozac, que fue el libro que dio a conocer al mundo la práctica de la filosofía en nuestra vida cotidiana. Estos filósofos se han opuesto diametralmente a que destierren su disciplina al ámbito de la erudición, del academicismo y de la investigación, y se han aventurado a devolverle el lugar que le dieron los antiguos: el de ser el arte de la vida por excelencia.

Para los griegos, el filósofo, lejos de ser el erudito aislado en su torre de marfil, era el que buscaba una visión profunda de la realidad y vivía en armonía con sus creencias

Esta concordancia entre su pensamiento, sus sentimientos y su actuación era lo que le permitía vivir con mayor plenitud. La misión del asesoramiento filosófico es precisamente dar luz a la filosofía que rige la vida de cada persona, desechando los tópicos y aquellas creencias heredadas generacionalmente y que no han pasado por el tamiz de la experiencia personal, para llegar a lo que para cada individuo es la verdad.

Se asemeja a la psicoterapia en que busca el bienestar personal del individuo que acude a esta práctica, pero se diferencia de ella en que el filósofo no trabaja con modelos clínicos ni acude a categorías como síntoma, diagnóstico, tratamiento o enfermedad.

En definitiva, la incorporación de la filosofía en la vida nos brinda la posibilidad de ser más felices, entendiendo la felicidad según el concepto griego antiguo, y no según el actual, es decir, como capacidad para asumir la realidad con su vertiente de luz y de sombra. Si consiguiéramos, como proponían los filósofos de la Antigüedad, vivir en concordancia con lo que pensamos, viviríamos con mayor plenitud.

María José Álvarez Garrido. El viaje del héroe

En este momento estás viendo Sanar el Chakra Ajna: Del Camino Omega al Camino Alfa