«En la oscuridad no veáis sólo el lado oscuro. En la luz no veáis sólo el lado luminoso»
Los colores son esenciales para nuestro equilibrio, cada tono envía su vibración y lleva su propia fuerza. Cada color posee un magnetismo especial que estimula, inconscientemente, ciertas reacciones nerviosas y psíquicas. Existe una magia de los colores, que es posible practicar; así, conforme nuestra personalidad y nuestro momento, los colores pueden ser benéficos o nefastos, agradables o desagradables.
El blanco
Blanco como la luz original existente antes de que el dios del Génesis creara el Cielo y la Tierra. Color de la unidad, de la pureza, fue siempre empleado como tal en los ritos de iniciación de las religiones del mundo entero. Contiene en él todos los demás colores, y los acoge. Se presta a las mezclas, es una base indispensable. El pintor crea su cuadro sobre una tela blanca, nosotros podemos hacer otro tanto con nuestro adornos o nuestra ropa. El blanco es como un espejo que refleja el universo, su vibración nos devuelve a nosotros mismos, refleja un ideal de claridad y transparencia.
El negro
La antítesis del blanco, el otro color de la dualidad natural. Blanco y negro, bien y mal, día y noche, yin y yang, vida y muerte. Se ha atribuído a este color toda la negrura de que es capaz la humanidad, que incoscientemente discriminamos con arreglo a los términos de la magia en fuerzas negras y blancas, maléficas y benéficas, que juegan su interminable partida de ajedrez cósmico. Los dos crean el símbolo evidente de ese antagonismo profundo que está en la naturaleza de cada uno de nosotros. Dr. Jekyll y Mr. Hyde: lo claro coexiste con lo oculto. En la vestimente, el negro da cierto aire de dignidad y afina los rasgos. Como el blanco, suscita la concentración: uno evoca la ascensión de la vida, del espíritu. El otro la descomposición-germinación sobre la cual se fundan la vida y la consciencia… Pero atención, el negro puede ser igualmente un signo de compensación, de rebelión profunda.
¿Negro, blanco? Los dos existen, eternamente inseparables.