La meditación consiste en traer la mente a casa, y esto se consigue en primer lugar gracias a la práctica de la atención.
En cierta ocasión, una anciana fue a ver al Buda para preguntarle cómo meditar. Él le aconsejó que cada vez que sacara agua del pozo permaneciera atenta a todos y cada uno de los movimientos de sus manos. Sabía que así alcanzaría rápidamente el estado de calma vigilante y espaciosa que es la meditación.
Meditar hace que se recompongan todos los aspectos fragmentados de tu ser, desactiva nuestra negatividad, nuestra agresividad, y revela nuestro buen corazón.
Sólo cuando hayamos eliminado el daño que llevamos dentro seremos verdaderamente útiles a los demás.