Nuestro cuerpo es nuestro templo. Debemos, pues, respetarlo, comprender su importancia y volver siempre a él, porque es nuestro refugio. Thich Nhat Hanh
Dedicar suficiente tiempo a la meditación, la risa, el ejercicio físico, regalarte una alimentación sana, sentirte en conexión con la naturaleza, fluir con la vida, construir y gestionar una agenda sin estrés… ¿Dices que es imposible? Yo te digo: ¿Qué es imposible? Tú eres tu templo. Pon orden. Primero lo primero, luego lo segundo, después lo tercero…
Tres son los aspectos que se cuidan cuando meditamos: disciplinar el cuerpo, permaneciendo inmóvil; disciplinar la respiración; disciplinar la mente.
En nuestro tiempo necesitamos además disciplinar la agenda: poner orden en el tiempo que nos han dado, un orden acorde con nuestra naturaleza, con nuestra esencia, con aquello que hace brillar nuestro Yo más humano.
Y ahora te repito: tu cuerpo es tu templo. Siéntelo, escúchalo, mímalo. Pon orden.