Una flor llena de luz, de belleza, dice: ¿Doy, ayudo, sirvo? ¡La flor es! Y como no intenta hacer nada, cubre la tierra.
Krishnamurti
¿Has llegado al punto de disfrutar con el simple hecho de mirar una flor, de respirar una fragancia, de charlar sin tiempo con amigos a la luz de unas velas? ¿Te has dado cuenta de la maravilla de recibir el calor del sol en tu piel, de despertar y sentir la fuerza del nuevo día corriendo por tus venas? ¿Sientes la belleza del simple hecho de ser? En uno de mis polos soy uno con la flor, con el fuego, con el sol, con la mano amiga y amorosa que me abraza, y mi fuerza descansa en la consciencia de absoluta unidad con cuanto es, de mi conexión en el gran ciclo de la vida. En otro de mis polos soy yo, incomparable, único, esencial, diferente del infinito universo que me sostiene. Esa pequeña gran diferencia guía mi camino de evolución. ¿Doy, ayudo, sirvo? ¡Soy!