El Chacra Violeta, conocido también como Sahasrara.
Ubicación
Cúspide de la cabeza
Partes del cuerpo
Este chacra está relacionado con el cerebro y con el sistema nervioso. Cualquier síntoma que afecte al sistema nervioso como un todo reflejará una tensión en el Chacra Violeta. El cabello y las uñas, compuestos fundamentalmente de tejido nervioso, están relacionados con este chacra, al igual que la parte superior de la cabeza.
La glándula pineal
El Chacra Violeta está relacionado con la glándula pineal, cuyas funciones, en su mayor parte, continúan siendo un misterio para la ciencia. Controla la producción de melanina, una sustancia que responde a la luz, y que se encarga de generar el pigmento en nuestra piel.
Sentido
El sentido asociado con este chacra es la empatía, el experimentar la experiencia de otra persona como si fuera propia. Es un aspecto de la unión con esa persona.
Consciencia
El Chacra Violeta representa la parte de nuestra consciencia relacionada con las percepciones sobre la unión y la separación. Asimismo, representa la relación con nuestro padre y con la autoridad en general.
Elemento
El elemento asociado con el Chacra Violeta es una sutil vibración espiritual conocida como Luz Interna. La Luz Interna es lo que uno vive al llegar al nivel más profundo de su ser. Te experimentas a ti mismo como un punto en el que inteligencia y consciencia se funden. Esta fusión, aunque realmente no es blanca ni tampoco es en verdad luz alguna, se conoce como Luz Blanca.
La Luz Interna, en un sentido esotérico, se considera el elemento más sutil con el cual se creó el universo. Luego se volvió más denso a través de otros elementos, como el Sonido Interno, el éter, el aire, el fuego, el agua y la tierra.
Empatía
Durante el proceso de curación, a veces el sanador entra en la consciencia de la persona que está curando, y siente lo que la otra persona está sintiendo. Es como si la curación se estuviera desarrollando dentro de los dos. Esto se logra a través de lo que llamamos empatía. Sin embargo, si el sanador no ha creado las situaciones relacionadas con tales síntomas, no los desarrollará en su estructura física.
A través de la empatía el sanador puede experimentar no sólo las sensaciones físicas, sino también el estado mental o emocional que la otra persona está experimentando, aunque esto es algo poco frecuente. Cuando se alivian los síntomas en la otra persona, el sanador sentirá el mismo alivio. Se trata de una sensación que permite saber lo que está ocurriendo en el interior de la otra persona. Cuando lo desee podrá desprenderse de la otra persona como quien se quita un abrigo. Y podrá fluir hacia su propio interior, y experimentar así su propia consciencia.
Estados de consciencia místicos
Cualquiera de los estados de consciencia «místicos» que incluyen una sensación de unidad están también relacionados con el Chacra Violeta. Entre ellos se encuentra, por ejemplo, experimentar la realidad física como una película, como un juego de luz y sombra. Como un sueño que se proyecta para el interés del que sueña.
Parece que el sueño se desarrolla fuera de ti, pero de hecho se trata de una proyección que proviene de un lugar profundo de tu consciencia. En consecuencia, todo lo que sucede durante el sueño es una extensión de la consciencia de quien está soñando. En este sueño surge una sensación de unión con todos los seres y todas las cosas, ya que todo ello es una extensión y una parte de la misma consciencia que tú eres.
Es posible también que una persona se vea a sí misma como un órgano dentro de un gran organismo. Tal vez esa persona sea un oído, otra una nariz, otra el estómago, etc.; resulta obvio que la mejor forma de servir al organismo, en el caso del oído, es ser totalmente un oído, de la nariz, totalmente una nariz y así sucesivamente. No tendría sentido para un oído decir: «preferiría ser una nariz».
Individualidad y unidad
Aunque es evidente que la unicidad de cada uno es de fundamental importancia, sería igualmente evidente que cada individuo está unido a un todo y es parte de él, como los dedos de una mano; y si bien cada uno de ellos es único, todos se encuentran unidos a un ser y al mismo tiempo son parte de él.
Esto – que también es un sentido de unidad – está relacionado con el Chacra Violeta, en combinación con la percepción de consciencia individualizada y con la co-creación que asociamos con el Chacra Índigo.
El Alma
El Chacra Violeta representa un nivel de existencia que definimos como Alma, la parte más profunda de quienes somos. Es esa parte de nosotros la que continúa de una vida a otra.
Durante el periodo de una vida el Alma adopta una consciencia, que llamamos Espíritu, cuyas experiencias individualizadas nos preparan para una misión que tendremos durante este periodo de vida.
Cuando experimentas la parte más profunda de tu ser, puede parecer que la consciencia es todo cuanto existe. Entonces sientes la consciencia última «Yo Soy«. Desde luego, desde otro punto de vista, sabemos que dentro de cada uno de los demás seres existe la misma capacidad. Ellos son capaces de experimentarse a sí mismos también como «Yo Soy«, como todo cuanto existe.
Uno
Si la parte más profunda de tu ser, en el punto más profundo del Chacra Violeta o del Alma, es la misma consciencia «Yo Soy«, obviamente a fin de cuentas seremos todos Uno.
A nivel de consciencia todos estamos relacionados. Por tanto, podemos ser conscientes de todo lo que sucede en la consciencia de todos. Todo se conoce, y por eso el Chacra Violeta se asocia con la Consciencia Universal y con los Registros Akásicos. Los expertos occidentales en asuntos de la consciencia lo conocen también como el Inconsciente o Subconsciente colectivo.
En este punto es donde se origina la intuición. Desde luego, debe de provenir de un lugar en el que todo se conoce, a fin de tener un 100% de precisión. La intuición, como ya se describió, llega al Ser a través del Espíritu de manera individualizada, y después, esa voz intuitiva sigue el camino de la mínima resistencia hasta el Chacra Azul en forma de libre elección.
Nuestro Padre
Así como el Chacra Rojo refleja nuestra relación con la Madre Tierra, el Chacra Violeta representa nuestra relación con Nuestro Padre (Que Está en el Cielo). Dentro de la estructura tradicional de la familia, la madre es quien proporciona la alimentación y un lugar seguro; el padre es el encargado de establecer una dirección.
La relación que una persona guarda con su padre biológico establece los patrones para las futuras relaciones que esa persona tendrá con la autoridad, e igualmente, sentará las bases para su relación con Dios, dentro de un paradigma que incluya la creencia en Él.
Cuando alguien experimenta un sentimiento de separación de su padre o no se siente amado por él, su Chacra Violeta se cerrará. Desde el punto de vista del funcionamiento del sistema de energía, ello crea mecánicamente una sensación de aislamiento, como si la persona se encontrara dentro de una concha. Esto provocará que quienes están fuera de esa concha no puedan establecer ningún contacto con el ser que está dentro de ella. Y éste, al mismo tiempo, no podrá tener contacto con el mundo exterior. Este tipo de personas siempre parecerán diferentes ante los ojos del mundo que las rodea.
Dirección y autoridad
Es posible que esas personas no experimenten ningún sentido de dirección, ni sepan hacia dónde se dirigen. Su relación con la autoridad será un reflejo de su actitud hacia su padre, hasta el momento en que sean capaces de abrirse al amor paterno y sentir que son amados por su padre o por Dios.
En ocasiones, el cierre del Chacra Violeta no constituye un proceso patológico, si bien podría crear una sensación de aislamiento. Se puede tratar de un proceso espiritual que está ocurriendo con alguien que se crió en las tradiciones occidentales y que en esencia tiene una orientación oriental.
Las tradiciones occidentales conciben a Dios como una autoridad que está fuera de nosotros. La separación y el aislamiento pueden contribuir a que una persona encuentre a Dios dentro de sí misma. Y así podrá vivir en armonía con la autoridad, y no en contra de ella.
Autonomía y fe en uno mismo
Una vez establecidas la autonomía y la fe en uno mismo, la persona será capaz de abrir nuevamente su Chacra Violeta. Podrá experimentar los beneficios que implica la decisión de vivir aislada o en unión con otros, según lo requiera el momento.
Obviamente, hay ocasiones en las que estar solo constituye la decisión más apropiada. Por ejemplo, durante una meditación a nadie le serviría tener a todos sus amigos y familiares galopando en su consciencia. En este caso el objetivo es el restablecimiento de su propia paz y el reencuentro consigo mismo. Esto le permitirá relacionarse luego con los demás con mayor claridad.
Por supuesto, nosotros somos siempre quienes decidimos. Si lo olvidamos, nos lo pueden recordar una y otra vez, o nos pueden curar.
Todo se puede curar.
Martin Brofman
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