Meditar es…

Meditar es…

Lo esencial está más allá de las palabras.
Está en las realidades vividas,
en los estados de ser y de consciencia,
en las oberturas interiores de las que las palabras sólo son reflejos lejanos,
huellas de viaje.
Huellas de luz

Ven aquí, ve allá, haz esto, haz aquello… deprisa, deprisa, deprisa.

Relajarse solía ser algo que nuestros abuelos sabían hacer con facilidad. Hoy en día, debido a nuestro tren de vida, olvidamos cómo hacerlo.

Vivimos nuestra vida como una lucha intensa y angustiosa, en un torbellino de celeridad y agresividad, compitiendo, aferrando, poseyendo y logrando, atareándonos constantemente con ocupaciones y preocupaciones superfluas. La meditación es todo lo contrario.

El estrés resulta a menudo inevitable, incluso estimulante. Correctamente orientado nos hace creativos y nos da energía extra para avanzar hacia nuestros objetivos. Pero si permites que campe a sus anchas puede originar una variada gama de enfermedades, desde los dolores de cabeza o de espalda, hasta graves problemas emocionales, bioquímicos y cardiovasculares.

Si estás leyendo esto es porque has decidido que por fin ha llegado el momento de concederte diariamente un gran regalo: un tiempo especial para ti, para relajarte y prestarte toda tu atención, para sentir la vida en tu interior, para sentirte respirar y escuchar los latidos de tu corazón…

Relajarse diariamente diez minutos nos permite estar más alerta, más oxigenados, menos desgastados, reparar nuestro sistema nervioso, trabajar sin acabar en un estrés desgastante, mantener un mejor sentido del humor y renovar la energía sexual, entre otros beneficios.

Relajarte y meditar…

Se puede presentar la meditación de muchas maneras, pero cada vez es distinta, y cada vez es directa y nueva.

Por fortuna, vivimos en una época en la que muchas personas de todo el mundo empiezan a familiarizarse con la meditación.

Cada vez es más reconocida como una práctica que franquea las barreras culturales y religiosas y se eleva por encima de ellas, permitiendo a quienes la practican establecer un contacto directo con la verdad de su ser.

Es una práctica que trasciende los dogmas religiosos y que, al mismo tiempo, es la esencia de las religiones.

Meditación, saborear la plenitud de nuestro ser

Generalmente desperdiciamos nuestra vida distraídos de nuestro verdadero ser por un sin fin de actividades.

La meditación, en cambio, es el camino que nos trae de vuelta a nosotros mismos, al permitirnos experimentar y saborear de verdad la plenitud de nuestro ser, más allá de todos nuestros comportamientos recurrentes.

Es preciso meditar para que nuestra falsa visión de las cosas, la agitación de nuestra mente inquieta, no se empeñe en valorar y juzgar cada experiencia, y no nos sumerja nuevamente en el sueño tras algunos momentos de despertar.

Meditar es romper por completo con nuestra forma “normal” de funcionar.

Es un estado libre de toda preocupación e inquietud, exento de toda competitividad, en el que no hay deseo de poseer o aferrar nada, libre de cualquier lucha intensa y angustiosa y desprovisto de sed de logros; es un estado sin ambición en el que no hay aceptación ni rechazo, ni esperanza ni miedo; un estado en el que poco a poco empezamos a liberar en el espacio de la simplicidad natural todos aquellos conceptos y emociones que nos aprisionan.

Meditar es…

Meditación, mindfulness, atención plena, conciencia plena o conciencia pura,  son prácticas de gran importancia en el camino hacia el despertar de nuestras facultades superiores, hacia la conexión con una verdad, una realidad, tan diferentes de cuanto sabemos, de cuanto conocemos, de cuanto creemos, que todo el tiempo dudamos de ella.

Hay una sabiduría milenaria en la práctica de la meditación. Piernas asentadas en el suelo, si es posible mejor cruzadas en posición de loto, espalda recta, en una inmovilidad largo tiempo mantenida, estando alerta, atento a la postura, atento a la respiración… y sin saber cómo, de la aplicación de estas técnicas, un espíritu que se vuelve concentrado, purificado, reformado, libre de impurezas, libre de culpas, firme y sin vacilaciones.

¿Te has levantado sin ganas?

Coloca la mano en el pecho

¿Sientes eso?

Se llama propósito

Estás viv@ por alguna razón

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