Yo Soy el nonato
Déjate silenciosamente llevar
por el poderoso impulso
de lo que en verdad amas.
RUMI
Por favor, escucha muy atentamente; esta información que sigue es muy importante
Es lo contrario a lo que te han dicho siempre; y lo que te han dicho siempre no es verdad. Aquello de lo que aquí estamos hablando es algo extremadamente simple. No es su complejidad o su dificultad lo que hace que sea tan complicado de comunicar o de entender, no. Por el contrario, es algo muy simple y muy sencillo. Lo que sucede es que está tan completamente reñido con lo que suele creerse y con la manera en que comúnmente se interpreta la experiencia, que la mente no puede comprenderlo.
Hay una realidad consensuada y concordada que casi toda la raza humana comparte. El mundo ha estado dando vueltas desde hace mucho tiempo; es muy antiguo…Tú naces como un individuo dentro de este mundo; creces, aprendes, experimentas la vida y mueres. Hay algún desacuerdo acerca de lo que sucede tras eso, excepto que la vida proseguirá para todos los demás hasta que también ellos mueran. Todo el mundo cree que sabe esto o algunas variaciones locales de esto mismo. Pero lo cierto es que cuando «naciste» no lo sabías. Lo aprendiste. Todos los demás lo aprendieron igualmente, y de este modo se convirtió en una idea compartida casi universalmente. Pero el hecho de que todo el mundo crea algo no lo convierte en verdad.
Yo Soy el nonato
Por toda la eternidad, sin tiempo, Yo Soy el nonato. De igual modo que un sueño comienza en un determinado punto mientras dormimos, así mismo Eso que Yo Soy aparece «en un determinado punto» como Conciencia aquí, y este mundo deviene existente. Abro los ojos: hay experimentación de la vida en este aparente mente/cuerpo. Tras un cierto periodo de experimentación, cierro los ojos: el mundo cesa de existir, y por toda la eternidad Yo Soy el nonato.
¿Qué podría ser más simple, o más obvio? De vez en cuando aparece alguien que intenta contarle esto a la gente, pero la realidad consensuada es dura de pelar. Se autorrefuerza a sí misma y lleva incorporados diversos modos de hacer frente a las disonancias cognitivas.
Una manera de hacerlo es calificar de locos a los transgresores.
Otra, igual de efectiva, es llamarlos «místicos».
Ya sea de un modo o del otro, se preservan tanto la ilusión de separación como el consenso sobre la realidad.
Así que el maestro trabaja con extrañas historias, parábolas, metáforas, acciones…
Con afirmaciones pronunciadas un día y directamente contradichas al siguiente, intentando sortear las defensas. Si tomas con literalidad cualquiera de las declaraciones del maestro, estarás pasando por alto aquello hacia donde la declaración apunta y, en cambio, te hallarás mirando dentro de la realidad consensuada, lo cual no era lo que se buscaba.
De ahí que la manera (avalada por el tiempo) de aprender de estos peculiares personajes del sueño, si es que uno tiene tal inclinación, consiste en sentarse con ellos por algún tiempo, ya sean meses o años, resistiendo sus contradicciones y sus revocaciones y sus non sequiturs y su aparente locura, hasta que uno absorbe la cantidad suficiente de estos vectores divergentes como para lograr trazar una especie de promedio entre todos ellos y así alcanzar a dirigir la mirada más allá de ellos, hacia el punto donde previsiblemente podrían converger, un punto más allá de cualquier cosa que pueda ser comprendida o imaginada.
David Carse