Perspectiva

Todo es cuestión de perspectiva, y lo es de un modo aún más sencillo y sutil. Nuestra manera de percibir las cosas y, por consiguiente, lo que consideramos como «real» o «verdadero» o «correcto», tiene que ver con la perspectiva que tenemos desde nuestra ubicación en el continuum global.

Esto es elemental, pero a menudo lo pasamos por alto.

Se tiende a tomar la propia perspectiva como absoluta y a relativizarlo todo respecto a ella, cuando de hecho es nuestra perspectiva lo que es relativo

La «historia humana» al completo, incluyendo el presente, está repleta de exploraciones y de subyugaciones y de injusticias y de intolerancias de todo tipo, todo lo cual fue y es posible gracias a que, desde una cierta perspectiva, desde algún punto de vista, eso parece justificable.

Claramente, las asunciones básicas acerca de cómo son las cosas son, de hecho, muy relativas y dependen completamente de la perspectiva, de la posición relativa que uno ocupa dentro del espectro global.

La Comprensión conlleva un cambio general en esta perspectiva

Para los personajes del sueño, las cosas de la vida importan y son relevantes. Se considera que todas las cosas y los eventos son significativos e importantes, desde la última guerra hasta el medio ambiente, pasando por lo que enseñan a tus hijos en el colegio o el modo en que acaba de mirarte ese hombre de ahí.

Eso es lo que aparentemente hace que merezca la pena vivir la vida, pensar que las cosas son importantes y tienen valía: causas, cruzadas, principios, valores, involucrarse en lo que se considera correcto, trabajar en contra de lo que se considera erróneo, hacer del mundo un lugar mejor.

Pero en la Comprensión se ve que todo esto sirve únicamente para extender la ilusión y perpetuar el sufrimiento.

Los valores que en el sueño parecen absolutos, resultan completamente arbitrarios después de examinarlos.

Los valores que abraza un cuerpo/mente en particular, dependen de la programación y el condicionamiento de un cierto momento histórico, y de la nación y de la cultura y de la raza y de la familia, y son valores opuestos a los que sostiene con la misma pasión otro cuerpo/mente diferente.

Correcto, erróneo; bueno, malo; importante, fútil; ¿según quién? ¿Desde qué perspectiva?

La mayoría de la gente siente que aquellas cosas que nos son más cercanas son las más importantes.

Hay innumerables formas de vida en incontables miles de millones de sistemas solares, hay materia y vida y energía en formas que no podemos imaginar siquiera y en escalas que hacen que toda vida conocida, que todo este planeta, que todo el universo que conocemos o que podemos imaginar no sean más que una minucia apenas perceptible.

Y la belleza es que todo esto que conocemos es, de hecho, más que algo que se percibe; de hecho, no es otra cosa que Conciencia, es la Conciencia Misma, percibida por nosotros en forma de tales cosas; y nada de lo que podamos pensar que somos, o pensar que sabemos, o creer que queremos, o creer que está «bien», tiene ninguna importancia especial, pues depende simplemente de nuestra perspectiva extremadamente limitada.

Cualquiera que escriba acerca de este tema se verá inundado antes o después de preguntas referentes a esta cuestión de la importancia y de la valía, de lo correcto o de lo incorrecto, del bien y del mal

¿Cómo puede existir el mal en el mundo’, ¿cómo puede haber desastres naturales?, ¿cómo puede haber guerras?, ¿cómo puede haber un Dios que permite la pobreza o la violencia?, ¿cómo puede Dios, o la Presencia, o la Conciencia permitir que los niños sufran?

Todos nosotros (o alguien que nos es próximo) hemos experimentado alguna forma de tragedia, alguna forma de violencia o pérdida o desgracia o dolor. Algunos más que otros. No hay escape a esto. Es inherente a la naturaleza de esta «realidad» soñada que lo que ella contiene se experimente como placer y dolor, como cosas buenas y cosas malas, y que nadie sepa lo que traerá el momento siguiente o cómo será la mezcla global para un cuerpo/mente en particular. No hay respuesta, no hay razón para ello desde dentro del sueño.

El sufrimiento es una llamada a la indagación. Todo dolor requiere ser investigado

Nada como el sufrimiento y el dolor para provocar que surjan preguntas. Pero no preguntes; más bien indaga en el dolor, investiga el sufrimiento mismo. La pregunta «¿por qué?» no lleva a ninguna parte; no es más que la mente/ego en busca de un inexistente control. La mente/ego no logra jamás satisfacción y los «porqués» solamente conducen al resentimiento y a más sufrimiento. En vez de eso, investiga el sufrimiento mismo. ¿Quién es ese que sufre? ¿Desde la perspectiva de quién es eso inaceptable?

Tomar el sueño como real no es la causa del sufrimiento, sino que es, en sí mismo, sufrimiento. La única solución posible a la cuestión del mal y del sufrimiento es ver a través de la ilusión. El sufrimiento, en todas sus formas, es la mayor invitación al despertar, y eso nunca está muy lejos.

O expresado según las inmortales palabras del Rick interpretado por Humphrey Bogart en Casablanca:

“No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que los problemas de tres personajillos no importan un pimiento en este mundo de locos. Algún día lo comprenderás.”

David Carse

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