Mirar hacia el interior

Un cambio radical

Supongamos que hacemos un cambio radical. Supongamos que dejamos de mirar en una sola dirección. Se nos ha enseñado a consagrar nuestras vidas a perseguir nuestros pensamientos y nuestras proyecciones. Aun cuando se habla de la «mente», sólo se hace referencia a los pensamientos y a las emociones, y cuando los investigadores estudian lo que imaginan que es la mente, no hacen más que examinar sus proyecciones. En realidad, nadie contempla la mente en sí, el terreno del que surgen todas estas manifestaciones, con las consiguientes trágicas consecuencias.

¿Cómo podemos dar la vuelta a esta situación? Es muy sencillo. Nuestra mente puede orientarse de dos maneras: mirando hacia fuera y mirando hacia dentro.

Dirijamos ahora nuestra mirada hacia el interior

La diferencia que puede implicar este ligero cambio de orientación es tremenda, e incluso podría corregir el curso de los desastres que amenazan el mundo. Cuando un número mayor de personas conozca la naturaleza de su mente, también tomarán conciencia de la gloriosa belleza del mundo en el que viven y se esforzarán valerosamente y sin demoras en protegerlo.

Es interesante señalar que el término tibetano para designar a una persona «budista» es nangpa. esta palabra significa «vuelto hacia el interior», es decir, aquel que busca la verdad no en el exterior, sino en el seno de la naturaleza de la mente. Todas las enseñanzas y la formación del budismo tienen por objetivo este único punto: volver la mirada hacia la naturaleza de la mente y de este modo liberarnos del miedo a la muerte y ayudarnos a conocer la verdad de la vida.

Una gran sutileza, un gran valor

Volver la mirada hacia el interior exige por nuestra parte una gran sutileza y un gran valor; implica, nada más y nada menos, que un cambio completo en nuestra actitud con respecto a la vida y a la mente. Estamos tan acostumbrados a llevar nuestra mirada hacia el exterior que prácticamente hemos perdido el acceso a nuestro ser interior. Al convertir nuestra vida en algo tan ajetreado, eliminamos hasta el menor riesgo de mirar en nuestro interior. Incluso la idea de «meditación» puede asustar a algunos.

A veces el pájaro opta por no escapar

Pero en un mundo dedicado a la distracción, la meditación, el silencio y la quietud nos aterrorizan, y nos protegemos de ellos mediante el ruido y las ocupaciones frenéticas. Evitamos hacernos preguntas verdaderas acerca de quienes somos realmente por miedo a descubrir que existe otra realidad distinta a ésta. ¿Qué lugar ocuparía lo que hemos vivido hasta ahora a la luz de este descubrimiento? ¿Cómo reaccionarían nuestros amigos y colegas a lo que sabemos ahora? El conocimiento comporta responsabilidad. A veces, aunque la puerta de la jaula esté abierta de par en par, el pájaro opta por no escapar.

Sogyal Rimpoché

Podemos ayudarte

Si deseas enfrentarte y vencer las resistencias que te están impidiendo volver la mirada hacia dentro, y poner todo tu Ser a trabajar a favor de tí y de tus sueños, podemos ayudarte. Hoy es un día perfecto para empezar. Te acompañamos en ese camino apasionante.

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