En busca de la Verdad

En busca de la Verdad

I.-

«Todos los seres humanos son aproximadamente igual de santos o de pecadores», dijo el Maestro, a quien, por otra parte, no le gustaba emplear esta clase de etiquetas.

«¿Cómo puedes equiparar a un santo con un pecador?», protestó un discípulo.

«Porque todos estamos a la misma distancia del sol. ¿O acaso reduce la distancia el hecho de vivir en lo alto de un rascacielos?».

II.-

El Maestro sostenía que lo que todo el mundo tiene por verdadero es falso; por eso el «pionero» se encuentra siempre en absoluta minoría.

Y decía:

«Pensáis en la Verdad como si fuera una fórmula que podéis sacar de un libro. Pero la Verdad exige pagar el precio de la soledad. Si quieres seguir a la Verdad, has de aprender a caminar solo».

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III.-

«Estoy dispuesto a ir adonde sea en busca de la Verdad», dijo el fervoroso discípulo. El Maestro esbozó una pícara sonrisa. «¿Y cuándo vas a partir?», preguntó.

«En cuanto me digas adonde debo ir».

«Te sugiero que vayas en la dirección en la que apunta tu nariz».

«Sí, pero ¿dónde debo detenerme?».

«Donde tu quieras».

«¿Y estará allí la Verdad?».

«Sí. Justamente delante de tu nariz, mirando fijamente a esos ojos tuyos que son incapaces de ver».

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Anthony de Mello

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