I.-
«¿ Cuál es el secreto de tu serenidad ?», preguntó el discípulo.
«Cooperar incondicionalmente con lo inevitable», respondió el Maestro.
II.-
A un discípulo al que, literalmente, le aterraba la mera posibilidad de cometer errores le dijo el Maestro:
«Los que no cometen errores cometen el mayor error de todos: el de no intentar nada nuevo».
III.-
«Contéstame a una cosa», dijo el ateo: «¿existe realmente un Dios?»
Y le respondió el Maestro: «Si quieres que te sea sincero, no tengo respuesta». Más tarde, los discípulos quisieron saber por qué no había respondido.
«Porque la pregunta no tenía respuesta», dijo el Maestro.
«¿De modo que eres ateo…?»
«Por supuesto que no. El ateo comete el error de negar algo de lo que no puede decirse nada».
Y, después de una pausa, añadió: «y el teísta comete el error de afirmarlo».
Anthony de Mello
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