Abro los ojos y veo
Mi vida y la realidad son mi creación
Abro y los ojos y veo que todo lo que llamo “mi vida” y todo lo que en ella acontece es mi creación. No hay excepciones.
Abro los ojos y veo que cada ser humano contempla, concibe y experiencia la vida y la realidad en función de su estado consciencial. De ahí que todo lo que denomino realidad es sólo, ni más ni menos, “mi realidad”, íntegramente creada por mí. Y mi realidad es intrínsecamente distinta a la de los demás, pues cada cual genera “su vida” y “su realidad”.
Abro los ojos y veo que “mi vida” y la realidad (“mi realidad”) son la manifestación y proyección de mi propio interior, de mi estado consciencial y frecuencia vibracional en cada momento presente. Por tanto, “mi vida” y la realidad (“mi realidad”) son un holograma proyectado desde mi interior (estado consciencial).
Abro los ojos y veo que exactamente lo mismo le ocurre a cada uno de mis congéneres: la vida (”su vida”) y la realidad (“su realidad”) son la manifestación y proyección de sus respectivos estados conscienciales.
Abro los ojos y veo que cada cual genera su holograma (su vida y la realidad tal como la concibe y experiencia) y que la globalidad de hologramas que coexisten en el Aquí y Ahora configuran una gigantesca Matriz Holográfica en la que todos interactúan sin merma para ninguno.
No existe una realidad objetiva y única y no hay un “mundo”
Abro y los ojos y veo que la pretendida y teórica realidad objetiva y única no existe, sino que es absolutamente subjetiva y radicalmente múltiple:
Es subjetiva porque nada existe en ella a parte de lo que cada cual genera y proyecta, desde el interior de uno mismo, hacia la gigantesca Matriz Holográfica. En esta Matriz interactúan todas proyecciones y “visiones” individuales de la vida, la muerte, las cosas, el mundo, la gente, Dios,…
Es múltiple porque existen muchas realidades, tantas como personas, cada una de las cuales crea su realidad desde su respectiva dimensión interior.
Aplicando lo anterior a lo que la Humanidad denomina “mundo” o “mundo exterior”, abro y los ojos y veo que tal mundo, como realidad única y objetiva, simplemente no existe: hay tantos mundos como seres humanos, exactamente uno por cada uno, pues lo que cada persona percibe y contempla como mundo exterior es ella misma, su propia manifestación y proyección desde su estado consciencial y frecuencia vibracional.
Mundo exterior y cambio interior
Abro los ojos y veo que cualquier cambio de la realidad y el mundo exterior pasa inexorablemente por “mi cambio interior”, es decir, por la transformación de mi estado consciencial y frecuencia vibracional que haga factible crear esa nueva realidad y ese nuevo mundo que deseo.
Abro los ojos y veo que el cambio interior es la llave del cambio exterior: ojos nuevos para un mundo nuevo.
Todo es verdad y nada es “Real”
Abro y los ojos y veo que, derivado de lo precedente, en el escenario de la Matriz Holográfica (el Gran Teatro del Mundo) todo es verdad y nada es Real:
Todo es verdad, porque la realidad creada por cada ser humano, con todo lo que implica, conlleva y representa, es ineludiblemente verdad para él (en el Gran Teatro del Mundo, cada uno se cree a pie juntillas, firme y hasta vehemente, el papel que decide en cada momento interpretar).
Nada es “Real”, pues la realidad creada por cada cual es, como se acaba de exponer, subjetiva y múltiple, no existiendo en la Matriz Holográfica ninguna realidad “Real”, sino multitud de realidades holográficas, la de cada uno, que interaccionan y configuran conjuntamente la Matriz Holográfica y el mundo exterior (en el Gran Teatro del Mundo, todo es pura manifestación holográfica y virtual de estados conscienciales interiores que varían y mutan -expansión consciencial- como consecuencia de las experiencias que cada persona vivencia en el contexto de la realidad por ella misma creada).
Consecuencia de mi decisión de ser: “yo soy”
Abro y los ojos y veo que todo lo que en mi vida y el mundo sucede, cualquier hecho, circunstancia, evento o situación, es mi creación. Todo es consecuencia de mi decisión de ser (“mi papel”: el papel que decido interpretar) y manifestación de lo que “yo soy” (mi yo y mis circunstancias derivados de “mi papel”) como consecuencia de esa decisión, haciendo que mi vida y todo lo que me rodea, sin excepción alguna, sean proyecciones, como espejos en los que me veo reflejado, de lo que yo soy porque lo he decidido ser.
¿Algunos ejemplos? Abro y los ojos y veo que:
Si mi decisión de ser es “ayudar a los demás”, ineludiblemente crearé a quienes precisen mi ayuda, a los “necesitados” de ella, dado que si estos no existieran, mi deseo de “ayudarlos” no podría plasmarse en la “realidad” por mi generada. De idéntica forma, crearé la “situación de necesidad o escasez (de lo que sea)” que provoca que precisen de mi ayuda y la “situación de disponibilidad y abundancia (de lo que sea)” que hace posible que yo se la ofrezca.
Si mi decisión de ser es “ser bueno”, inevitablemente crearé a quienes sean “malos”, pues si estos no existieran, mi deseo de ser “bueno” no podría plasmarse en la “realidad” por mi generada. Igualmente, crearé la “maldad” que lleva a los “malos” a serlo, así como la “bondad” que a mí me hace “bueno”.
Si mi decisión de ser es estar “despierto”, obligatoriamente crearé a los que estén “dormidos”, ya que si estos no existieran, mi deseo de estar “despierto” carecería de sentido en la “realidad” desde mi engendrada. Del mismo modo, crearé los motivos que hacen que los “dormidos” lo estén, así como las razones que provocan mi “despertar”.
Si mi decisión de ser es “ser un salvador”, forzosamente crearé tanto las “víctimas” a quienes pueda “salvar” como el “algo”, el “verdugo” o el “perseguidor” que hostiga a las “víctimas” y del que yo, “salvador”, les voy a “salvar”.
Cuando no decido, incluso cuando no decido ser: “Yo Soy”
Abro los ojos y veo que más allá de la vida (“mi vida”) y la realidad (“mi realidad”) hay algo que no puede ser pensado ni expresado y que es ajeno a cualquier Matriz Holográfica. Sé que siempre lo he sabido, aunque lo había olvidado entre hologramas y proyecciones virtuales. Y siento que se trata de la Vida en toda su Pureza.
Abro los ojos y veo la Vida que no es “mi vida” ni la de nadie en singular, y la Consciencia, que no es “consciencia” ni la de nadie en particular.
Abro los ojos y veo que lo que realmente Soy fluye de manera natural y espontánea cuando no se diluye el “yo soy” y cuando no decido nada, incluso cuando no decido ser.
Abro los ojos y me veo: Yo Soy Abro los ojos y me veo: Amor
Emilio Carrillo