La flecha de la verdad

Si lo sabes…

Si te ha atravesado la flecha de la verdad y lo sabes, si has tenido esta experiencia, entonces también conoces los pensamientos arrogantes que pueden surgir: «Bueno, sé que soy uno con la Verdad, entonces, ¿quién queda ahí para mantener la vigilancia?» Probablemente te has dicho esto, ¿correcto? Y entonces, de repente, vuelven el sufrimiento y el lamento: «¡Lo he perdido! ¿Cómo ha podido ocurrir?». La vigilancia corrige la percepción y la experiencia de perder lo que no puede ser perdido.

Simplemente espera y ve

No estoy hablando de esfuerzo. No estoy hablando de que la vigilancia sea un hacer. Estoy hablando de ser vigilancia y de reconocer que es natural serlo. Eres pura conciencia. La conciencia se mantiene vigilante de manera natural, lo hace hacia sí misma, y en realidad siempre es consciente de sí misma.

Descansa en la vigilancia y ve. Simplemente espera y ve. Ve cuál es el destino del cuerpo. Ve cuál es el impulso de esta vida. Habrá objetos que pasarán ante el altar de la vigilancia: deja que pasen como nubes. Las nubes no son un problema, ciertamente no lo son desde el punto de vista del cielo.

Tú eres el cielo. No eres una entidad que está mirando al cielo. Eres el cielo mirando a la entidad aparente.

No uso la palabra practicar cuando hablo de vigilancia. Estoy hablando de ser vigilancia. Sé ello ahora. Tú ya eres eso. Reconócete como tal, y mantente vigilante a tu verdadera naturaleza.

Sin buscar nada, ve

Después ve. Sin buscar nada, ve. En la cultura occidental se nos educa para saber lo que vendrá a continuación y para intentar conformarlo en función de nuestros deseos. Por eso hay tanto sufrimiento, porque tratamos de forzar la vida para que encaje con un concepto particular. Después buscamos a quien esté de acuerdo con ese concepto y luchamos contra quien esté en desacuerdo con él. Pero aunque salgamos victoriosos de nuestra lucha, nos sentimos insatisfechos, sin plenitud.

«Esperar y ver» no significa necesariamente que te quedes sentado en el sofá y no te muevas más ni tampoco que te levantes del sofá y te muevas. Es mucho más profundo que eso. Una vida activa puede ser vivida en actitud vigilante, y también una vida inactiva puede ser vivida de la misma manera.

Habrá muchas comprensiones. Habrá muchas revelaciones y experiencias cada vez más profundas. Y, en medio de todo ello, mantente vigilante a lo que no se ha movido, a lo que siempre ha sido pleno, radiante e impoluto. Las comprensiones serán aún más profundas. Disfrútalas cuando vengan, diles adiós al pasar y mantente vigilante a lo que no se ha movido, a lo que no se ha desvanecido en la experiencia de pérdida, a lo que no ha aumentado con la experiencia de ganancia.

Sé vigilancia

Sé vigilancia. La alegría más profunda de la experiencia humana es mantenerse vigilante. No es una tarea. Es pura dicha. La muerte no es el enemigo. El miedo a la muerte es el adversario. Es el resultado de haberte identificado erróneamente como una entidad particular. Tu verdadera identificación es el cielo del Ser.

Gangaji

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