La Naturaleza de la Mente
La palabra mente se usa de varias formas. A veces se emplea para significar el “cerebro” o el “intelecto” o la “capacidad de sentir/pensar del hombre”. La definición de Gururaj de la mente es mucho más amplia que cualquiera de estas, tal como veremos.
Mente universal y mente individual
Primero hagamos una distinción entre la mente universal y la mente individual. Del mismo modo que el alma es la forma individualizada del espíritu universal, o divinidad, así la mente individual es la forma particularizada de la mente universal. La mente universal es divina, es omnipresente, es omnisciente. Forma el patrón global del universo, la estructura dentro de la cual todo está situado. Porque para el hombre sintonizar su mente individual con la mente universal es para él alcanzar ese estado de ‘darse cuenta’ donde actúa espontáneamente de acuerdo con la ley natural, y todos sus pensamientos y acciones son inspiradoras y progresivas de todas formas.
La mente individual del hombre es universal en esencia. Sin embargo, ha sido sujeta a millones de experiencias durante la progresión del alma a través de sus encarnaciones en las diferentes etapas de evolución que hemos descrito. Cada una de estas experiencias ha dejado una impresión en la mente que está todavía con nosotros. Estas impresiones en sánscrito se llaman samskaras. Son precisamente estos samskaras los que dibujan velos en la mente y le impiden ver su verdadera naturaleza universal.
Un metáfora… imagina un océano moviéndose libre y sin límites…
Imagina un océano, moviéndose libre y sin límites, millones de gotas de agua entremezclándose unas con otras y creando el todo. Este océano es pura consciencia, la mente universal. Y ahora imagina coger una bolsa transparente y llenarla con agua. La misma agua está dentro y fuera de la bolsa, pero ahora algo del agua ha sido encerrada dentro de una funda muy fina. Esta funda es lo que da al alma su individualidad. Ahora envolvamos más y más capas alrededor de esta bolsa hasta que alcanzamos la etapa en la que la bolsa se ha hecho tan gruesa que no podemos ver el agua dentro, y de hecho no somos conscientes del hecho de que contiene la misma agua que la del océano. Estas capas son los samskaras – impresión sobre impresión que nublan la mente hasta que nosotros, desde el nivel superficial, no somos ya conscientes de nuestra propia divinidad intrínseca.
La mente, dice Gururaj, es una herramienta excelente pero un maestro inútil. El también la llama un animal muy astuto. Porque la mente por sí misma, siendo velada de esta forma por samskaras, es incapaz de ver el dibujo claramente. Sin embargo, a causa del poder del ego y de su deseo de autoconservación, la mente puede persuadirse a sí misma de que lo que ve es realmente es el dibujo completo. Y no solo una parte diminuta. La mente puede engañarnos para creer que somos justo como nos percibimos a nosotros mismos y, a menos que seamos capaces de ir más allá de la mente, podemos no tener otro punto de referencia.
El Consciente, el Subconsciente y el Superconsciente
La mente individual puede dividirse en tres secciones: la mente consciente, la mente subconsciente y la mente superconsciente.
La mente superconsciente puede ser comparada con la bolsa de plástico transparente que ha sido llenada con agua. Es divina, es universal y sin embargo es individual. Está esa fina funda que la separa del absoluto y le da forma. Es el nivel más fino de relatividad, y sin embargo es completamente consciente de su divinidad. La barrera entre la mente superconsciente y la mente universal es fina y transparente. La luz completa de la divinidad puede brillar a su través y la mente superconsciente se baña en esta luz y es completamente consciente de esta fuerza universal. Este es el núcleo de nuestro ser, nuestra misma esencia.
La mente subconsciente está compuesta de las capas y más capas de impresiones, o samskaras, que han sido grabadas sobre ella a través del ciclo de existencia del alma. Lo que los psicólogos llaman el subconsciente es de hecho sólo la capa superior de esta mente subconsciente, la profundidad completa es incomprensible al intelecto y ha sido construida durante millones de años, desde el punto de manifestación del alma individual. Esta gruesa pared samskárica permite sólo que un mínimo destello de las fuerzas universales penetren a través hacia el nivel consciente, donde podrían jugar un papel activo en nuestra vida diaria.
La mente consciente es el nivel activo, razonador, que toma decisiones, del que somos conscientes en la actividad diaria. Está gobernada, como dijimos, por el subconsciente y, de una forma mucho menor, por lo poco del ‘darse cuenta’ del superconsciente que es capaz de filtrarse a través. A causa de esto, la mayoría de nuestros pensamientos y patrones de conducta brotan de la mente subconsciente y no de la superconsciente.
El proceso de «pensar»
Cada impresión externa que recibimos de nuestros sentidos se transfiere por los mecanismos del cerebro al área consciente donde entonces pasa al subconsciente. Es entonces evaluada en un proceso en el que el intelecto juega un papel evaluador, de acuerdo con las impresiones ya guardadas en el subconsciente. Podemos reaccionar inmediatamente, de acuerdo con la necesidad del momento. Alternativamente, si la evaluación no requiere una expresión activa, la impresión se añade al almacén, donde suma un nuevo elemento o refuerza una impresión anterior.
En la gran mayoría de casos, entonces, estaremos actuando no sólo desde un nivel puramente espontáneo, de acuerdo con la verdadera naturaleza de la situación, sino desde un nivel de reacción compulsiva, gobernada por nuestros samskaras particulares. Ocasionalmente, sin embargo, algo se filtrará hasta el nivel consciente desde el superconsciente, y esas veces no actuamos de una forma programada sino de una forma verdaderamente espontánea.
Un ejemplo de esto es el brotar del verdadero amor, no una emoción sino una inexplicable inundación de un amor universal, uno que no tiene limitaciones y no depende del objeto de amor. Otro ejemplo es un pensamiento verdaderamente creativo – uno que de repente parece surgir en la mente desde ninguna parte y lanza una luz completamente nueva sobre una situación particular. Los poderes de intuición también vienen desde el nivel superconsciente, porque implican el conocimiento súbito de algo que no podría haber sido razonado, o el conocimiento de algo que está más allá de los límites de nuestra experiencia, y por tanto más allá de los límites del subconsciente.
Emociones
Las emociones no aparecen del superconsciente, sino que son un producto de nuestra experiencia pasada. Una situación que produce una reacción emocional en nosotros lo hace a causa de un samskara particular que esa situación revive, causándonos experimentar cierta emoción, a menudo irracional.
La Naturaleza del Pensamiento
El hombre piensa que él piensa, pero la mayoría del tiempo él no piensa en absoluto. – Así es la astuta naturaleza de la mente. Porque el pensamiento puro, que viene del nivel superconsciente, es siempre creativo.
El pensamiento puro brota desde lo profundo, y es un proceso continuo de expresar nuestra esencia, recreando desde el conocimiento ilimitado del superconsciente un pensamiento concreto a nivel consciente. Tales pensamientos emanan del superconsciente como burbujas surgiendo del fondo de un estanque. Cuando alcanzan la superficie son conocidos por la mente consciente. El número de burbujas que alcanzan la superficie depende de cómo de claro esté el nivel subconsciente, y de cuánto es capaz de filtrarse a través de él.
La mayoría de nuestros pensamientos están condicionados
La mayoría de los pensamientos que llenan nuestra mente brotan del nivel subconsciente, y están condicionados y modelados por nuestros samskaras. Las impresiones que cada individuo ha recogido en el pasado son diferentes y únicas para ella. Esta es la razón por la que la gente reacciona tan diversamente a las situaciones, y de por qué un acontecimiento particular puede molestar mucho a una persona y sin embargo no producir ninguna reacción fuerte en otra. Cada uno vemos una faceta diferente de la verdad relativa.
Si pudiéramos funcionar desde el nivel universal, el superconsciente, veríamos la verdad completa, la realidad subyacente. Seríamos todavía individuos con nuestra propia mente subconsciente y consciente que haría siempre únicos nuestros pensamientos y nuestros modos de expresión y comportamiento, pero no estaríamos dominados por esos niveles, sino más bien los usaríamos para expresar el ‘darse cuenta’ universal.
En este estado podríamos decir que nuestra mente (o los niveles subconsciente y consciente de nuestra mente) se habrían convertido en nuestra herramienta y no en nuestro amo, y la naturaleza de nuestros pensamientos sería verdaderamente creativa y libre de cualquier modelo.
Savita Taylor