El silencio del corazón

Silencio

Nuestro silencio en la meditación no es el silencio de la mente. Es el silencio del corazón. Un corazón en silencio es un corazón vuelto al interior, hacia su fuente, y se mantiene en esa dirección, como un girasol que sigue al sol. Nuestros corazones siguen el sol interior de todos los corazones.

Cómo hacemos esto es un misterio. Es nuestro amor a la verdad el que mantiene el corazón orientado en la dirección correcta. La verdadera oración consiste en un corazón orientado en la dirección correcta. Y la oración no es necesariamente algo religioso. No hay obligación. Se expresa a sí misma libremente dependiendo de las circunstancias. Varía de un amante de la verdad a otro.

Algunos rezan a Dios con su inteligencia, pensando sobre la verdad. Otros rezan a Dios con sus sentimientos, amando el Absoluto. Otros rezan a Dios con sus sentidos, amando la belleza. Si el girasol del corazón ha seguido el sol una vez, se volverá espontáneamente en dirección al sol en cualquier momento, siempre que lo dejemos en paz. Volverá si lo libramos de preocupaciones, pensamientos, miedo, deseo, del hacer.

La verdadera oración, la verdadera meditación no puede ser fabricada. Ocurre por sí misma. Todo lo que se necesita es relajarse, abandonar todo lo que no sea meditación, todo lo que no sea esa oración.

Abre tu corazón

Todo lo que tenemos que hacer es entregar la agitación inútil de cuerpo y mente. Incluso la palabra ‘entrega’ no es completamente adecuada porque sugiere una pérdida, siguiere una renunciación. Lo único que tenemos que hacer es ofrecer las tensiones del cuerpo, el miedo al nivel de los sentimientos, la preocupación o el dinamismo al nivel de los pensamientos a la Presencia en la que surgen.

Deja a esta Presencia que, según su capricho, mantenga todos esos fenómenos, los transforme o los disuelva. No nos corresponde a nosotros. Somos solo polillas volando en la noche. No intentes imaginarte qué es. Simplemente ábrele tu corazón, porque se está compartiendo a sí mismo justo en este momento.

Simplemente abre tu corazón a la Presencia. No preguntes: ¿Qué es? ¿De dónde proviene? Nunca lo sabremos. Si quieres embriagarte y alguien te sirve vino, no preguntes: ¿Qué clase de vino es éste? ¿De dónde proviene? Si realmente quieres emborracharte, no dices nada. ¿A quién le importa la botella?

Descubre el lugar en ti donde se origina el amor, el amor por cualquier cosa. Elige algo que ames, lo que más ames puede ser un objeto, una persona, lo que sea y una vez que sientas ese amor, intenta descubrir el lugar desde donde se origina. Ese es el lugar. Y después olvida todo. Olvida como llegaste allí, olvida tus pensamientos.

En este momento estás viendo El silencio del corazón