Niños culpables
Una de las maneras de manipular a un niño por medio de la culpa para que haga algo podría ser más o menos como la que se usa en el siguiente ejemplo:
Madre: “Pablo, trae las sillas del sótano porque vamos a comer en un momento”.
Niño: “Bueno mamá, en seguida voy; estoy mirando el partido y lo haré cuando se acabe este tiempo”.
Mensaje materno productor de culpa: “No importa entonces. Yo lo haré… con lo que me duele la espalda. Tú sigue disfrutando el partido”.
Pablo se imagina a su madre cayéndose por las escaleras con seis sillas sobre las espaldas. Y él es el responsable.
El tipo de mentalidad de «Yo me sacrifiqué por ti», es un productor de culpa sumamente eficiente. Aquí el padre o la madre pueden recordar los momentos difíciles cuando sacrificaron su propia felicidad a fin de que tú tuvieras algo. Cuando te recuerdan tus deudas, tú naturalmente te preguntas cómo puedes ser tan egoísta.
Las referencias a los dolores del parto son uno de los ejemplos de esta actitud productora de culpa. «Sufrí dieciocho horas seguidas sólo para traerte a este mundo.» Otra frase muy eficiente es: «Si seguí casada con tu padre, fue por ti». Están tratando de hacerte sentir culpable por la infelicidad matrimonial de tu madre.
Manipular
La culpa es uno de los métodos más eficientes que tienen los padres para manipular las acciones de los niños. «Está muy bien. Nosotros nos quedaremos aquí solos. Tú ve y diviértete como siempre lo has hecho. No te preocupes por nosotros».
Este tipo de comentario sirve mucho para conseguir que llames por teléfono o vayas de visita a menudo a casa de tus padres. Si le das vuelta ligeramente podrás oír algo así como: «¿Qué diablos te pasa? ¿Acaso te has roto el dedo y no puedes marcar un número de teléfono?».
Los padres enchufan la máquina de la culpa y tú te comportas de acuerdo con ella, vale decir con rencor. La táctica de «Nos dejaste avergonzados» es también muy útil. O: «¿Qué dirán los vecinos?».
Se recurre a las fuerzas externas para hacerte sentir mal por lo que has hecho y para evitar que pienses por ti mismo. La táctica de «Si llegas a fracasar en algo nos dejarás avergonzados» es un ataque de culpabilidad que puede hacer casi imposible tu vida normal después de haber experimentado el más leve fracaso.
La enfermedad de uno de los padres es un superfabricante de culpa. «Has hecho que me suba la presión.» Alusiones a que «me estás matando» o «provocando un ataque al corazón» son muy eficientes a la vez que te culpabilizan por todas las dolencias típicas de la vejez.
Necesitas hombros muy anchos para poder llevar este tipo de culpa puesto que puede durar toda una vida, literalmente, y si eres muy vulnerable, puedes incluso llegar a sentirte culpable de la muerte de uno de tus padres.
Culpa sexual
La culpa sexual impuesta por los padres es muy común. Todos los pensamientos o comportamientos sexuales son como campos fértiles para el cultivo de la culpa. «Dios no permita que te masturbes. Eso es malo.»
Por medio de la culpa te pueden manipular para que adoptes la actitud sexual apropiada. «Debería darte vergüenza leer esas revistas. Ni siquiera deberías tener esos pensamientos». La culpabilidad puede estimular ciertos comportamientos socialmente correctos «. ¡Cómo puedes dejarme avergonzada ante la abuela hurgándote la nariz en público!» «Olvidaste darle las gracias. Debería darte vergüenza o ¿es que quieres que nuestros amigos piensen que yo no te enseño nada?”
Comportamiento adecuado
No obstante, es posible ayudar al niño a tener un comportamiento social adecuado sin cargarlo de culpa. Una simple y directa explicación del porqué ese comportamiento es indeseable es un método más eficiente. Por ejemplo, si se le dice a Pablo que sus interrupciones constantes son molestas y no dejan conversar a los mayores se habrá plantado en él la primera semilla evitando la culpa que acompaña a una frase como la siguiente: «Tú siempre interrumpes, debería darte vergüenza, es imposible hablar cuando tú estás cerca».
Y el sólo hecho de alcanzar la madurez no logra poner fin a la manipulación filial por medio de la culpa. Los ejemplos que dimos más arriba sólo son una pequeña muestra de la infinidad de frases y técnicas que sirven para ayudar al hijo o la hija a escoger la culpa (inmovilidad del momento presente por un suceso del pasado).
Wayne W. Dyer
Podemos ayudarte
A lo largo de la vida, las dos emociones más inútiles son la culpabilidad por lo que se ha hecho y la preocupación por lo que se podría hacer. Si tienes zonas extensas de culpa hay que exterminarlas, limpiarlas y esterilizarlas para siempre. Sácate de encima esas pequeñas «culpas» que infectan tantos sectores de tu vida.
Si deseas limpiar de tu alma las sensaciones de culpa y preocupación, aprender las lecciones del pasado, establecer nuevos retos y objetivos, y poner todo tu Ser a disfrutar en el momento presente a favor de tí y de tus sueños, podemos ayudarte. Hoy es un día perfecto para empezar. Te acompañamos en ese camino apasionante.
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