Alma de Aracena
(Romance para la mujer que recuerda quién es)
Mujer de alma encendida,
de raíces y de alas,
de mirada que acaricia
y de voz que nunca engaña.
Llevas tu luz en el pecho
y en los pies la madrugada,
un susurro de la tierra
y un latido que no acaba.
Cuando eliges este aroma,
no te cubres: te levantas.
No te ocultas: te revelas.
No te adornas: nos abrazas.
Es perfume que despierta
la memoria más sagrada,
la que habita en tus adentros,
la que arde y no se apaga.
Porque tú no eres silencio,
eres canto y eres llama,
eres río que se entrega
y montaña que resguarda.
Alma te nombra por dentro
como quien al fin se halla,
y en su estela va encendiendo
toda herida que se sana.
Hay amor en tu perfume,
amor del que no se cansa,
amor que a todos nos une
y que en todos se derrama.
Mujer, cuando tú te eliges,
el mundo entero se alza.
Y en tu paso queda el eco
de la bendición sagrada.
José Carlos Cuerda
Hospedería de la Corte
El lugar donde el alma respira