Una pareja «va a hacerme feliz»

La mayoría de la gente está tan distanciada por sus pensamientos, tan identificada con la voz de su cabeza, que ya no puede sentir la vitalidad que tiene dentro.

Ser incapaz de sentir la vida que anima el cuerpo físico, la vida que eres, es la mayor privación que te puede ocurrir. Entonces no solo empiezas a buscar sustitutos de ese estado natural de bienestar interior, sino también algo que tape el continuo malestar que sientes cuando no estás en contacto con la vida que siempre está ahí, aunque por lo general pase inadvertida.

Algunos de los sustitutos que la gente busca son los estados inducidos por las drogas, la sobreestimulación sensorial -como la música excesivamente fuerte-, las emociones o actividades peligrosas, o la obsesión por el sexo.

Incluso el drama en las relaciones se utiliza como sustituto de esa auténtica sensación de vitalidad.

La tapadera más buscada para el continuo malestar de fondo son las relaciones íntimas: una pareja que «va a hacerme feliz». Por supuesto, es también uno de los chascos que experimentan con más frecuencia. Y cuando el malestar surge de nuevo, suele culpar de ello a su pareja.

Eckhart Tolle

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