Un propósito en la vida
Todo el mundo tiene un propósito en la vida… un don único o talento especial para ofrecer a los demás. Y cuando combinamos ese talento único con el servicio a los demás, experimentamos el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu, que es la meta última de todas las metas.
Muchas tradiciones espirituales afiman que nos hemos manifestado en forma física para cumplir un propósito. Cada uno de nosotros tiene un talento único y una manera única de expresarlo. Hay una cosa que cada individuo puede hacer mejor que cualquier otro en todo el mundo – y por cada talento único y por cada expresión única de dicho talento, también existen unas necesidades únicas. Cuando estas necesidades se unen con la expresión creativa de nuestro talento, se produce la chispa que crea la abundancia. El expresar nuestros talentos para satisfacer necesidades, crea riqueza y abundancia sin límites.
Este descubrimiento tiene tres componentes.
Primero: descubrir nuestro verdadero yo
El primero dice que cada uno de nosotros está aquí para descubrir su verdadero yo, para descubrir por su cuenta que el verdadero yo es espiritual y que somos en esencia seres espirituales que han adoptado una forma física para manifestarse. No somos seres humanos que tienen experiencias espirituales ocasionales, sino todo lo contrario: somos seres espirituales que tienen experiencias humanas ocasionales.
Cada uno de nosotros está aquí para descubrir su yo superior o su yo espiritual. Debemos descubrir por nuestra cuenta que dentro de nosotros hay un dios en embrión que desea nacer para que podamos expresar nuestra divinidad.
Segundo: descubrir nuestro talento único
Todo ser humano tiene un talento único. Cada uno de nosotros tiene un talento tan único en su expresión que no existe otro ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera. Eso quiere decir que hay una cosa que podemos hacer, y una manera de hacerlo, que es mejor que la de cualquier otra persona, en este planeta. Cuando estamos desarrollando esa actividad, perdemos la noción del tiempo. La expresión de ese talento único – o más de uno, en muchos casos – nos introduce en un estado de conciencia atemporal.
Tercero: el servicio a la humanidad
El tercer componente es el servicio a la humanidad – servir a los demás seres humanos y preguntarse: «¿Cómo puedo ayudar? ¿Cómo puedo ayudar a todas las personas con quienes tengo contacto?»
Cuando combinamos la capacidad de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, usamos plenamente nuestro potencial interior. Y cuando unimos esto al conocimiento de nuestra propia espiritualidad, es imposible que no tengamos acceso a la abundancia ilimitada, porque ésa es la verdadera manera de lograr la abundancia.
Mi compromiso
Si deseamos utilizar al máximo nuestro poder interior, es necesario que nos comprometamos a hacer varias cosas:
1) Hoy cultivaré con amor al dios en embrión que reside en el fondo de mi alma. Prestaré atención al espíritu interior que anima tanto a mi cuerpo como a mi mente. Despertaré a esa quietud profunda del interior de mi corazón. Mantendré la conciencia del ser atemporal y eterno, en medio de la experiencia limitada por el tiempo.
2) Haré una lista de mis talentos únicos. Después haré una lista de las cosas que me encanta hacer cuando estoy expresando mis talentos únicos. Cuando expreso mis talentos únicos y los utilizo en servicio de la humanidad, pierdo la noción del tiempo y produzco abundancia tanto en mi vida como en la vida de los demás.
3) Todos los días me preguntaré: «¿Cómo puedo servir?» y «¿Cómo puedo ayudar?» Las respuestas a estas preguntas me permitirán ayudar y servir con amor a los demás seres humanos.
Hagamos una lista de nuestras respuestas a estas dos preguntas: ¿Qué haría yo si no tuviera que preocuparme por el dinero y si a la vez dispusiera de todo el tiempo y el dinero del mundo? Si de todas maneras quisiéramos seguir haciendo lo que hacemos ahora, es porque sentimos pasión por lo que hacemos, porque estamos expresando nuestros talentos únicos. La segunda pregunta es: «¿Cuál es la mejor manera en que puedo servir a la humanidad?» Respondamos esa pregunta y pongamos la respuesta en práctica.
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