Auto-aceptación
El deseo genuino de mejorarse a uno mismo nos lleva a aceptar nuestra personalidad tal y como es ahora. Es lo que llamo auto-aceptación. Si esta premisa básica es la fuerza principal que conduce a tu motivación hacia la perfección, entonces cualquier descubrimiento de las cosas en las cuales no estás a la altura de tus ideales no te llenará de depresión, de ansiedad y de culpa, sino que te fortalecerá.
Si avanzas en tu auto-aceptación no necesitarás exagerar la «maldad» del comportamiento de que se trate, ni te defenderás en contra de éste con el pretexto de que es culpa de los demás, de la vida, del destino. Obtendrás una visión objetiva de ti mismo en este sentido y esa visión te liberará. Asumirás completamente la responsabilidad por tus actitudes erróneas y estarás dispuesto a asumir las consecuencias.
Indicadores: sentimiento de fracaso, frustración, culpa y vergüenza.
Los indicadores más importantes de que tu ser idealizado está actuando son un sentimiento de fracaso, de frustración y de compulsión aunados a la culpabilidad y la vergüenza. Éstas son las emociones que se sienten de manera consciente, de entre todas las que permanecen ocultas.
Creaste el ser idealizado para obtener confianza en ti mismo y, por esa vía, a final de cuentas, para alcanzar la felicidad y el placer supremos. Mientras más fuerte es su presencia, más se desvanece una auténtica confianza en uno mismo.
Peor idea de ti mismo de la que tenías en un principio
Dado que no puedes vivir de acuerdo con los estándares que te impone, tienes una peor idea de ti mismo de la que tenías en un principio. La auténtica confianza en uno mismo puede establecerse sólo cuando hayas abrazado tu auto-aceptación y desechado la superestructura constituida por ese tirano carente de toda piedad: tu ser idealizado.
Sí, podrías tener confianza en ti mismo si el ser idealizado fuera realmente tú, o si pudiera vivir de acuerdo con los estándares que te impone. Pero dado que esto es imposible, y puesto que en el fondo sabes perfectamente bien que no eres para nada lo que crees que deberías de ser — con ese «súper ser» construyes una inseguridad adicional y de ahí surgen aún más círculos viciosos.
La inseguridad original que supuestamente se desvaneció a partir del establecimiento del ser idealizado en realidad aumenta sólidamente. Crece haciéndose cada vez peor. Mientras más inseguro te sientes, las exigencias de la superestructura o ser idealizado son más severas, y te vuelves menos capaz de vivir conforme a él, por lo que te sientes más inseguro. Es muy importante ver cómo funciona este círculo vicioso.
Pero esto no lo puedes hacer hasta que avances en tu auto-aceptación y tomes una consciencia total de las maneras torcidas, sutiles e inconscientes en las que esa imagen idealizada de ti mismo existe en tu caso particular. Pregúntate en qué áreas se manifiesta. ¿Qué causas y efectos se relacionan con él?
Eva Pierrakos & Donovan Thesenga