No estamos solos, estamos llenos de recuerdos: los desechos acumulados del pasado abarrotan los espíritus.
Si se quiere estar solo hay que morir para el pasado. Cuando estamos solos, totalmente solos, no pertenecemos ni a una familia, ni a una nación, ni a una cultura, ni a un determinado continente: nos sentimos extraños.
El hombre que, de ese modo, está completamente solo, es inocente y esa inocencia es la que le libera del dolor.
Krishnamurti