Las personas hermosas son raras, no se distinguen por la cara, sino por el alma.
Son personas valientes, personas sencillas por dentro y por fuera, personas que viven seriamente sus sentimientos y que valoran en la misma medida los de los demás.
No destruyen a los demás con sus críticas ni con sus expectativas, pues uno de los “pequeños detalles” que ponen en práctica es aceptar incondicionalmente al otro.
No solo es que amen al mundo, es que lo respetan porque son parte de él.
Haciendo gala de su gran sensibilidad, estas personas no solo sienten y piensan por ellos, sino por su entorno.
Tienen una gran capacidad para empatizar, captar, proteger y lidiar con las emociones ajenas. Esto es lo que las hace grandes y bellas.
Publicado por Quety Román en el grupo de WhatsApp de EVOLUCION.CENTER
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