Nadie en absoluto sufre por AMOR.
El amor es fortaleza, es armonía, es felicidad, es gratitud, es paciencia, es belleza.
Decir que se sufre por amor resulta verdaderamente contradictorio.
Podemos sufrir por heridas emocionales del pasado, por una autoestima baja, por parejas inestables que no buscan el crecimiento sino el daño, por personas que vulneran nuestras emociones.
Pero jamás podremos sufrir por amor.
Si hoy sufres aparentemente por ello, debes revisar qué estás dando y cómo lo recibes, debes sanar dolores del pasado, comprender que el amor jamás te causará daño y que nunca podrás recibir algo de los demás si antes no aprendes a dártelo tú mismo.