La vida es movimiento

La vida es movimiento

Esta sabiduría antigua como el mundo, se manifiesta muy claramente en los cristales de agua.

El agua de un río que fluye libremente produce cristales de una belleza conmovedora. En cambio, si observamos el agua de un pantano, ya no encontramos estructuras cristalinas. Las imágenes hacen pensar más bien en un pozo de lodo. Un agua que no puede fluir pierde su vitalidad, su irradiación y está separada del flujo de la vida.

Lo mismo ocurre con los seres humanos. También para nosotros es muy importante fluir con el flujo de la vida. Cada estancamiento comporta una muerte.

Lo sabemos en el plano físico: si la sangre se vuelve muy espesa o se coagula, puede llevarnos a un infarto o a una apoplejía. También ocurre en el plano emocional: si alguien se queda anclado en un sentimiento, por ejemplo la tristeza, acabará por estancarse en el dolor.

Lo mismo ocurre también en el plano mental. Algunas personas se han quedado estancadas en sus dogmas y prejuicios. Los cristales de agua nos enseñan claramente cómo debemos vivir.

Aquello que es beneficioso para el agua en la naturaleza también lo es para el agua de nuestro cuerpo

Por consiguiente, fluir en todos los planos es una contribución esencial para nuestra salud. De este modo, nos ayudamos a nosotros mismos, pero también al agua en general. Prestando la atención necesaria al agua que hay en nuestro cuerpo, honramos también al agua de la Tierra, ya que todo está interrelacionado.

Somos seres de agua y nunca haré suficiente hincapié en cuán importante es ser conscientes de ello. De todo lo dicho, se deduce que debemos actuar con respeto y atención para con ese regalo del universo, y cuidar su sabiduría.

Según mi opinión, la humanidad tiene el deber de contribuir a sanar la Tierra y el agua. A muchos de nosotros hace tiempo que esto nos preocupa.

Juntos realmente podemos conseguir mucho

Uno de los mensajes más importantes que recibimos de los cristales de agua es que cada uno de nuestros pensamientos, cada palabra y cada acto, constituyen una información que emitimos. Nuestra conciencia ejerce efectivamente una influencia sobre el agua. Esta influencia es particularmente poderosa si todos hacemos converger nuestra conciencia hacia el mismo objetivo. Aquí reside la fuerza de la plegaria en común.

Utilicemos esa fuerza para dar al agua amor y gratitud. Declaremos el 25 de julio “día mundial del amor y de la gratitud al agua”. Empezaremos ese día con una ceremonia para enviarle al agua amor y gratitud y, así, elevar poco a poco la conciencia.

Únase a nosotros, solo o acompañado, y dirija sus pensamientos y plegarias al agua. Cada persona cuenta, cada palabra amorosa cuenta y cuenta también cada gota tratada con amor y respeto, que entonces lleva esta información y la propaga.

Masaru Emoto & Jürgen Fliege

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