I.-
Un visitante del monasterio se sintió especialmente impresionado por lo que él mismo denominó el «resplandor» del Maestro. Un día en que se encontró con un viejo amigo del Maestro, le preguntó si conocía él la explicación de dicho fenómeno.
Y el otro le respondió: «Te lo diré de este modo: la Vida es un Misterio, y la Muerte es la llave que permite resolverlo. En el momento en que giras la llave, desapareces para siempre en el Misterio».
«¿Tenemos, pues, que esperar a la muerte para hacer girar la llave?», preguntó el visitante.
«¡No! Puedes hacerlo ahora, mediante el Silencio, y disolverte en el Misterio. Entonces también tú resplandecerás. . . como el Maestro».
II.-
Alguien preguntó al Maestro cuál era el significado de una frase que había escuchado casualmente:
«La persona que ha alcanzado la iluminación viaja sin necesidad de moverse».
Y el Maestro le dijo:
«Siéntate ante tu ventana cada día y observa cómo cambia constantemente el decorado de tu patio trasero a medida que acompañas a la tierra en su viaje anual alrededor del sol».
III.-
Cautivado por la melodiosa voz con que el Maestro cantaba versos en sánscrito, un experto en este idioma dijo:
«Siempre he sabido que no hay en la tierra otro idioma como el sánscrito para expresar las realidades divinas».
«No seas estúpido», le dijo el Maestro; «el idioma de la divinidad no es el sánscrito, sino el Silencio».
Anthony de Mello
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