Inseguridad

En un momento o en otro, todo el mundo experimenta sensaciones de lo que conocemos con el nombre de «inseguridad». Te sientes inseguro de la cantidad de dinero que tienes en el banco, de la cantidad de amor que obtienes de tus amigos, de la educación que has recibido… O tienes sentimientos de inseguridad en relación a tu salud, a tu edad, a tu apariencia física.

Si te preguntaran: «¿Qué es lo que te hace sentirte inseguro?», casi con toda certeza darías una respuesta errónea. Tal vez dirías: «Tengo un amigo que no me quiere lo suficiente», o «no tengo la formación académica que necesitaría», o algo por el estilo. En otras palabras, aludirías a algún condicionante externo, sin darte cuenta de que los sentimientos de inseguridad no se deben a nada exterior a ti, sino únicamente a tu «programación» emocional, a algo que tú te dices a ti mismo mentalmente.

Si cambiaras tu «programa», tus sentimientos de inseguridad se desvanecerían en un santiamén, aun cuando todo lo existente en el mundo exterior a ti permaneciera exactamente igual que antes. Hay personas que se sienten absolutamente seguras sin tener un duro en el banco, mientras que otras se sienten inseguras a pesar de tener millones.

Lo importante no es la cantidad de dinero, sino la «programación». Hay personas que no tienen amigos y. sin embargo, se sienten perfectamente seguras del amor de la gente; otras, en cambio, se sienten inseguras aunque gocen de las más posesivas y exclusivas relaciones del mundo. Una vez más, la diferencia viene marcada por la «programación».

Si quieres hacer frente a tus sentimientos de inseguridad, hay cuatro hechos que debes examinar y comprender:

Primero

Es inútil que trates de mitigar tus sentimientos de inseguridad intentando cambiar las cosas exteriores a ti. Puede que tus esfuerzos se vean coronados por el éxito, aunque no es eso lo más frecuente; puede que consigas al menos algún alivio, pero éste no será muy duradero. No merece la pena, por tanto, que gastes tus energías y tu tiempo en mejorar tu apariencia física, en hacer más dinero o en asegurarte del amor de tus amigos.

Segundo

(Y éste es un hecho que te hará atacar el problema donde realmente se encuentra: en tu interior): hay personas que, a pesar de encontrarse en las mismísimas condiciones en que tú te encuentras ahora, no sienten la menor inseguridad. Esas personas existen, y seguramente conoces a alguna. Consiguientemente, el problema no depende de la realidad exterior a ti, sino de ti mismo, de tu «programación».

Tercero

Debes comprender que esa «programación» te ha sido impuesta por personas inseguras que, cuando aún eras muy joven e impresionable. te enseñaron, con su comportamiento y con sus reacciones de pánico, que siempre que el mundo exterior no se ajuste a una determinada norma, debes crear en tu interior una confusión emocional llamada «inseguridad» y hacer cuanto esté a tu alcance por reordenar dicho mundo exterior: hacer más dinero, buscar más motivos de tranquilidad, aplacar y agradar a las personas a las que has ofendido…, a fin de que desaparezcan los sentimientos de inseguridad.

El simple hecho de caer en la cuenta de que no tienes que hacer semejante cosa, de que el hacerlo no resuelve realmente nada, y de que la confusión emocional se debe exclusivamente a ti y a tu cultura, hará que te distancies del problema, y obtendrás un considerable alivio.

Cuarto

Siempre que te sientas inseguro acerca de lo que puede depararte el futuro, limítate simplemente a recordar que en los últimos seis o doce meses has estado igualmente inseguro acerca de los acontecimientos que habrían de producirse, y que cuando, finalmente, éstos se produjeron, te las arreglaste para dominarlos de un modo u otro, gracias a las energías y recursos que acumulaste en el momento, y no gracias a toda tu anterior preocupación, que únicamente sirvió para hacerte sufrir innecesariamente y para debilitarte emocionalmente.

Por consiguiente, intenta decirte a ti mismo: «Si hay algo que pueda hacer ahora con respecto a mi futuro, lo haré. Fuera de eso, me limitaré a dejarle que siga su curso y me dedicaré a disfrutar del momento presente, porque la experiencia me ha enseñado que sólo puedo hacer frente a las cosas cuando éstas se presentan, no antes de que ocurran, y que el presente me proporciona siempre los recursos y la energía necesarios para afrontarlas».

Las aves del cielo, los lirios del campo

La desaparición definitiva de los sentimientos de inseguridad sólo se producirá cuando hayas adquirido esa bendita capacidad de las aves del cielo y de los lirios del campo para vivir plenamente el presente, momento a momento, porque el instante presente nunca es insufrible, por muy doloroso que sea.

Lo que sí es insufrible es lo que tú piensas que va a suceder dentro de cinco horas o de cinco días: e insufribles son también esas palabras que no dejas de repetir en tu interior: «¡Es terrible!»; «¡Es insoportable!»; «¿Cuánto tiempo va a durar esto?»… y cosas parecidas.

Las aves y las flores tienen la ventaja sobre los humanos de que no tienen el concepto del futuro, ni palabras en sus mentes, ni preocupación alguna por lo que sus semejantes piensen de ellos. Por eso son imágenes perfectas del reino. No te inquietes, pues, por el mañana. porque el mañana ya cuida de sí. Cada día tiene su propia malicia. Busca el reino por encima de cualquier otra cosa, y todo lo demás se te dará por añadidura.

Anthony de Mello

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