Escucha. No necesitas hacer nada
Los humanos parecemos poseídos por la idea de que hay algo que podemos hacer para lograr lo que deseamos, y se nos ha convencido de que tenemos que hacer algo o de que deberíamos estar haciendo algo.
Escucha. No necesitas hacer nada.
No necesitas mejorar o superar nada.
No hay nada que sea preciso purificar o santificar o consagrar.
No hay nada que lograr, nada que demostrar.
Nada que construir.
Nada que destruir.
Nada en lo que trabajar o que aprender, nada que enseñar y nadie a quien enseñarle.
Ni siquiera nada que comprender o que «captar».
Nada que equilibrar o que ajustar o que sanar.
Nada que devenir.
Por supuesto: si está en el sueño de Todo Lo Que Es que un objeto mente/cuerpo parezca estar «haciendo» cualquiera de esas cosas, entonces eso es lo que ocurrirá.
El malentendido reside en tomárselo personalmente, como si fuera tu motivación, tu deliberación, tu elección y acción. Todo cuanto sucede es completamente impersonal, no es más que la totalidad desplegándose tal cual ella es. Es lo que ya y siempre eres.
Es cuestión de tener una comprensión esencial: las prácticas y las tareas y todo lo relacionado con el vivir se asumen de modo impersonal, y no como un intento personal, o como si fueran una meta que alcanzar, o para ser mejor persona, o para salvar al mundo, o como un «deber».
Hay simplemente un contemplar cómo al cuerpo/mente (que no es lo que tú eres) le suceden pensamientos, le brotan motivaciones, le surge ejecutar acciones…, o no.
Solo hay absoluta simplicidad, una apertura, un consentimiento a permitir que suceda lo que ha de suceder y un dejar que las ideas erróneas se desvanezcan.
David Carse
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