Tu verdadero ser
No bastan las palabras
Las palabras no bastan; más bien tienes que sentir lo que quiero decir. Sabrás exactamente cuándo has logrado debilitar a tu ser idealizado al comprender cabalmente su función, sus causas v sus efectos. Entonces, obtendrás la gran libertad de darte a la vida pues ya no tendrás que esconder algo de ti mismo y de los demás.
Podrás derrocharte a ti mismo en la vida, no de manera enfermiza e irracional, sino sanamente, de la manera en que la naturaleza se derrocha. Sólo entonces comprenderás la belleza de estar vivo.
No puedes aproximarte a esta importantísima parte de tu trabajo interno con una idea general. Como siempre, tus más insignificantes reacciones cotidianas, si las consideras desde este punto de vista, rendirán los resultados necesarios. Así que continúa en la búsqueda de ti mismo con base en estas consideraciones, y no seas impaciente si te toma tiempo y un esfuerzo relajado.
Volver a casa
Otra cosa más: La diferencia entre el ser real y el ser idealizado a menudo no es una cuestión de cantidad sino más bien de calidad. Esto es, la motivación original es diferente para cada uno de estos seres. Esto no será fácil de ver, pero a medida que reconozcas las exigencias, las contradicciones, las secuencias de causa y efecto, entonces se te irá aclarando la diferencia en la motivación.
Otra consideración importante es el elemento tiempo. El ser idealizado quiere ser perfecto, de acuerdo con sus exigencias específicas, en este preciso momento. El ser real sabe que eso no puede ser y no sufre por ello.
Claro que no eres perfecto. Tu ser actual es una totalidad compleja de todo lo que eres en este momento. Claro que tienes una egocentricidad básica, pero es algo con lo que puedes lidiar. Puedes aprender a entenderla y con base en ello a disminuirla con cada cosa que comprendas. Entonces, realmente sentirás la verdad de que mientras más egocéntrico eres, menos confianza puedes tener en ti mismo.
El ser idealizado cree exactamente lo contrario. Sus reclamos de perfección se basan en razones puramente egocéntricas, y ese egocentrismo imposibilita la confianza en uno mismo.
La gran libertad de volver a casa, amigos míos, consiste en encontrar el camino de regreso hacia su ser real. La expresión «volver a casa» ha sido usada a menudo en la literatura y las enseñanzas espirituales, pero se le ha entendido muy mal.
A menudo se la interpreta como si significara el regreso al mundo espiritual después de la muerte física. Pero volver a casa quiere decir mucho más que eso. Puedes morir muchas veces, tantas como vidas terrestres tengas, pero si no has encontrado tu ser real, no puedes volver a casa.
Puedes estar perdido y permanecer así hasta que encuentres el camino hacia el centro de tu ser. Por otro lado, puedes encontrar el camino a casa aquí mismo y ahora mismo mientras todavía estás dentro de tu cuerpo.
Cuando logras reunir el valor de convertirte en tu verdadero ser, aun cuando eso parezca algo mucho menor que tu ser idealizado, descubrirás que en realidad es mucho más. Entonces tendrás la paz de estar en casa dentro de ti mismo. Entonces encontrarás la seguridad. Entonces funcionarás como un ser humano integral. Entonces habrás roto el látigo de acero de un amo al cual es imposible obedecer. Entonces sabrás lo que realmente significan la paz y la seguridad. Dejarás, finalmente y para siempre, de buscarlas con métodos falsos.
Ahora, queridos amigos, reciba cada uno de ustedes nuestro amor, nuestra fuerza y nuestras bendiciones.
Vayan en paz, vayan con Dios.
Eva Pierrakos & Donovan Thesenga