El Amor no tiene dueño
El Amor no tiene dueño. Nadie puede poseerlo. No podemos retenerlo. La única manera de experimentar el Amor de forma verdadera es sentirlo fluir a través de nosotros.
Amor, Divinidad, la energía sutil que compone todo el Universo (y aún más allá), es una energía en constante movimiento
Es el movimiento de partículas subatómicas y del paso de los planetas. Es el movimiento que conforma nuestra mente, cuerpo y Espíritu. Nosotros, como las estrellas, estamos literalmente hechos de Amor. Amor con mayúscula, la Divinidad misma.
Para existir en su más puro estado, esta energía debe de estar en movimiento. No puede permanecer quieta, a riesgo de dejar de existir. Por lo tanto, ¿cómo puede alguien guardarse el amor para sí mismo, o esperar que el amor vaya o venga por una dirección escogida? Este Amor para ser verdaderamente libre o puro debe de moverse, como la fuerza energética que es.
Cuando el Amor fluye a través nuestro hacia otros, o cuando el Amor fluye de ellos hacia nosotros, ¿cómo podemos quedarnos con él, atraparlo, cuando está pasando?
Al intentar apropiarnos de él, tenemos que construir un muro, una habitación dentro de nuestro corazón, y etiquetarla como “el amor de fulanito”. ¡Qué tontería! Al construir esos muros para intentar quedarnos con ese amor hemos acabado con su movimiento. Se para y deja de existir.
Nada es nuestro
Solo somos bendecidos con su experiencia de variedad infinita, pero compuesta de la misma energía divina, cuando pasa a través de nosotros.
Cuando experimentamos el Amor de forma libre, fluyendo, este se extiende a todo lo que nos rodea. Cuando dejamos que la corriente se mueva a través de nosotros, nos convertimos en una parte del Todo. Nos convertimos en ese mismo Amor fluyendo y cambiando, y sin embargo eternamente igual.
Con la experiencia del fluir del Amor, podemos finalmente decir
¡Yo Soy!
Gururaj Ananda Yogi