Decir No
Cuando descubres la manera específica en la que dices No a un deseo en particular o a cierta satisfacción, das un paso importante en todo tu desarrollo, en tu visión de la vida. Después de semejante descubrimiento, nunca volverás a ser el mismo.
Por primera vez comprendes el hecho de que no tienes por qué depender de las circunstancias exteriores que se hallan fuera de tu control. Comprendes que no eres una víctima perseguida de algún destino injusto y malo. Que no vives en un mundo caótico en el cual reina la ley de la selva.
Cuando descubres que le dices No precisamente a aquello que deseas más en el mundo, ya no puedes sentirte inseguro, ni asustado. Ya no te aferras a la errónea idea de que tienes mala suerte y eres inferior. Te vas volviendo más finamente consciente del hecho de que toda tu infelicidad y tu insatisfacción no son el efecto de una causa remota. Percibes que son el efecto directo de algo que está justo frente a tus ojos, si decides mirarlo.
Claro está que se requiere del entrenamiento para cobrar conciencia de las reacciones emocionales ocultas, de movimientos emocionales sutiles, fugaces y vagamente sentidos. Pero una vez que tu mente se acostumbre a observar esas reacciones, esa conciencia no estará lejos. El No que tú y sólo tú puedes reconocer es tan claro como cualquier objeto de tu entorno exterior que deseas atrapar, tocar y mirar.
Encontrar ese No
Encontrar ese No no puede ser una tarea superficial o un reconocimiento voluble. Déjate sentir todo su impacto y su significado al reconocer inicialmente que existe.
Y, luego, descubriendo por qué existe y en qué ideas equivocadas se basa. Cuando se realiza esto por primera vez el desamparo y el derrotismo dejan su lugar a una genuina y no impuesta esperanza. Sentirás una actitud positiva hacia la vida.
Puede suceder que mientras que en el nivel consciente hay un urgente, frenético y desamparado Sí que grita, clama y tiembla, el subyacente No vence todos los esfuerzos y hace que todo el proceso parezca realmente inútil. La tentación de cegarse a uno mismo ante lo realmente importante, de proyectar y desplazar, aumenta.
Esto a menudo nubla la memoria de victorias anteriores, impide ver el proceso correcto de la plegaria, de la meditación y de la revisión diaria.
En el proceso pueden aparecer confusiones, preguntas sin respuestas y sentimientos vagos e incómodos. No permitas que te atrapen cuando obstruyan tu camino.
Nada nos impide pedir ayuda y cultivar la voluntad interior para sobreponernos a todas las barreras que nos impiden ver la verdad de uno mismo y tener el ánimo para decir No.
Abrirse a la corriente afirmativa
Abrirse a la verdad y decir No es un paso decisivo para llevar a la personalidad hacia la corriente afirmativa.
La substancia del alma es el material en el cual se registran la visión y la actitud de un individuo hacia la vida.
Cuando prevalece una actitud constructiva, la substancia del alma se modela de tal manera que la vida de esa persona está llena de significado. Es satisfactoria y feliz.
Cuando las impresiones se basan en conclusiones erróneas, los moldes de la substancia del alma crean situaciones desfavorables y destructivas.
El destino de un hombre o de una mujer no es ni más ni menos que la suma de su personalidad; de lo que expresan y emanan. Esto, a su vez, determina la forma en la cual la substancia del alma se moldea en términos de realidad o irrealidad.
La conciencia humana es el escultor, la substancia del alma es el material que se modela
El destino es determinado por la totalidad de la personalidad, incluyendo todos sus niveles. Una persona puede tener un concepto sano, constructivo y realista en ciertos niveles de su personalidad mientras que otros expresan lo contrario. Semejante contradicción afecta a la substancia del alma de manera negativa. Aunque la actitud positiva sea más fuerte y consciente, la negativa permanece oculta. Es esencial, pues, descubrir las áreas ocultas de la substancia del alma, con el fin de comprender por qué todavía no llega la deseada satisfacción.
Sólo recientemente, algunos de mis amigos han descubierto esas áreas ocultas en las cuales existía un No que nunca antes habían sentido. Estaban convencidos de que deseaban con todo su ser alcanzar la satisfacción y que definitivamente no deseaban experiencias desagradables. La sola sugerencia de que podría haber una corriente contraria en el inconsciente les habría parecido ridícula.
Semejantes No están directamente relacionados con la imagen original, con la falsa idea que modeló la imagen en la substancia del alma. Esta confusión inicial hace que uno rechace lo que más desea, actuando sutilmente de una manera que inevitablemente confirma la imagen.
Por ejemplo, si funcionas a partir de la base de que eres incompetente y de que no puedes tener éxito, esa convicción te hará comportarte de manera efectivamente incompetente. Lo que es más, tendrás miedo del éxito, pues tu convicción de no poder vivir de acuerdo con él lo hará algo atemorizante.
Una vez que sientas ese específico No, llegarás a entender que la razón por la cual no tienes éxito no es que seas incompetente. Lo eres porque piensas que lo eres, y porque temes cualquier evento que lo ponga en duda.
Entender el proceso
El cambio de una corriente negativa profundamente grabada hacia la corriente afirmativa sólo puede realizarse cuando se logra entender todo este proceso; cuando se logra observar la sutil manera en la que uno huye de una meta deseada y cuando se logra cambiar todo eso por:
«Quiero alcanzar esa meta con todo mi corazón. No tengo nada que temer de ella.»
El paso final para pasar de la corriente negativa hacia la corriente afirmativa es entender que no hay nada que temer. Comprender por qué el viejo temor era falso y por qué la nueva actitud de aceptación hacia las experiencias de la vida es completamente segura. Esto debe hacerse como un trabajo diario de meditación: creando un nuevo molde en la substancia del alma, algo que ahora es flexible, ligero y verdadero y que borra el molde viejo, rígido, falso y pesado.
Eva Pierrakos & Donovan Thesenga