No has de buscar el Amor.
No has de buscar el Amor porque ¿dónde Le buscarás?
Está en todas partes. Simplemente has de aprender a abrir tus ojos al Amor.
Una vez el Amor haya penetrado en tu corazón, encontrarás allí a tu Dios.
En la visión del Amor, se encuentra la visión de Dios.