El amor es el puente
Ahora mismo estás tratando de vivir en el mundo a través del puente del ego. El ego separa; el amor, une. El amor es el único yoga. “Yoga” significa unión. El ego separa, te convierte en una isla, te aísla. Y mira que ironía: primero cultivas tu ego y entonces dices: “Me siento muy solo”. El ego te hace sentir solo, te hace sentirte aislado. El ego te convierte en una pequeña isla. El amor… de nuevo te conviertes en el continente. El amor es el puente entre tú y aquello-que-es.
Deja que esos cuatro pasos se conviertan en toda tu religión, en toda tu Torá
Kabir canta la canción del amor. Y dice: mediante el amor alcanzarás esa pausa entre dos notas… donde continúa la divina melodía. Y eso se encuentra muy cerca. En este mismo instante, ahora mismo, te envuelve. Está a tu alcance, casi al alcance de tu mano… tan sólo un poco más de comprensión, un poco más de conciencia. Vive conscientemente. Deja que esos cuatro pasos se conviertan en toda tu religión, en toda tu Torá. Todo lo demás son sólo comentarios.
Mantente aquí y ahora… tan sólo este momento… ¿ves su belleza? En este mismo instante el gozo está aquí, Dios está aquí. Cuando guardas silencio, Él habla; cuando escuchas, Él canta.
Y aprende a transformar todos tus venenos en miel de modo que todas las barreras sean destruidas.
Y luego, el tercer paso: empieza a compartir. Tengas lo que tengas, compártelo. Comparte tu belleza, comparte tu canción, comparte tu vida. Compartiendo, resultarás enriquecido. No acumules. En el momento en que empiezas a guardar para ti, estás tratando de depender de ti mismo; has perdido la confianza en la vida. ¡Da! Al igual que la vida te ha dado, ¡da! Hay más en camino.
Y el cuarto: sé una nada. La nada es el origen de todo, la nada es el origen de lo infinito… la nada es Dios: “nada” significa nirvana. Sé una nada y siendo una nada obtendrás el todo. Si eres “alguien”, te lo perderás; siendo una nada, llegarás a casa.
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