Cuatro pasos hacia el amor
En tercer lugar: comparte
Siempre que aparezca la negatividad, guárdala para ti. Siempre que estés positivo, comparte. Por lo general la gente comparte su negatividad; no comparte su positividad. La humanidad es sencillamente estúpida. Cuando están felices, no comparten; son avaros. Cuando son infelices son muy, muy dadivosos; entonces sí tienen mucho que compartir. Cuando la gente sonríe, lo hace con cuentagotas, lo esboza; pero cuando uno se enfada, se enfada por completo.
El tercer paso es compartir la positividad. Eso hará que tu amor fluya como un río surgiendo de tu corazón. El dilema de tu corazón empezará a alejarse cuando compartas.
He leído un párrafo muy extraño de José Luis Borges. Escúchalo:
Da lo sagrado a los perros,
lanza perlas a los cerdos,
Porque lo que importa es dar.
Se te ha dicho lo contrario: “No lances agua santificada a los perros, no lances perlas a los cerdos, porque no comprenderán”.
Borges dice:
Da lo sagrado a los perros,
lanza perlas a los cerdos,
Porque lo que importa es dar.
Lo que importa no es lo que das –perlas, santidad, amor- ni a quién se lo das. Eso no es importante. Lo importante es el hecho de dar. Cuando tengas, da.
Lo que acumulé, lo perdí
Gurdjieff solía decir: “Todo lo que acumulé, lo perdí; y todo lo que di, es mío. Todo lo que di está aún conmigo y todo lo que atesoré se ha perdido, ha desaparecido”. Es verdad: solamente tienes lo que compartes. Solamente tienes el amor que has compartido. El amor no es un bien que atesorar; es un resplandor, una fragancia que hay que compartir. Cuanto más lo compartes, más tienes. Cuanto menos lo compartes, menos tienes. Compártelo… y más surgirá de tu centro interior… que es infinito. Brotará más. Si extraes agua de un pozo, más agua fresca penetrará en él. Deja de sacar agua, cierra el pozo, vuélvete un avaro y dejará de haber manantial. Lentamente la fuente irá muriéndose, se bloqueará, y el agua del pozo morirá, se pudrirá, se corromperá. El agua que fluye es fresca… el amor que fluye es fresco.
Nunca acumules lo que de hermoso haya en ti
De modo que el tercer paso hacia el amor es: comparte tus positividades, comparte tu vida, comparte lo que tienes. Nunca acumules lo que de hermoso haya en ti. Comparte tu sabiduría, comparte tu corazón, comparte tu amor, tu felicidad, tu alegría. Y si no puedes encontrar a nadie, compártelo con los perros, pero compártelo. Compártelo con las rocas, pero compártelo. Cuando tengas perlas, repártelas. No te preocupes porque ellos sean cerdos o santos; simplemente lánzaselas. “Lo que importa es dar”.
El acumular envenena el corazón. El atesorar es un veneno. Si compartes, tu sistema se verá libre de venenos. Y cuando des, no te preocupes por si te ves o no te ves correspondido. No esperes ni siquiera un “gracias”. Siente agradecimiento hacia la persona que te ha permitido compartir algo con ella. No hagas lo contrario, no esperes –diciéndote a ti mismo en lo profundo de tu corazón- que debería darte las gracias por haber compartido algo con ella; no. Siéntete agradecido porque estuvo dispuesto a escucharte, a compartir algo de energía contigo, porque estuvo dispuesto a escuchar tu corazón, porque estuvo dispuesta a contemplar tu danza, porque cuando quisiste darle no te rechazó… ¡y podía haberte rechazado!
El compartir es una de las virtudes más espirituales, una de las mayores virtudes espirituales.
Osho
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