Ven aquí, ve allá, haz esto, haz aquello… deprisa, deprisa, deprisa. Relajarse solía ser algo que nuestros abuelos sabían hacer con facilidad. Hoy en día, debido a nuestro tren de vida, olvidamos cómo hacerlo.
El estrés resulta a menudo inevitable, incluso estimulante. Correctamente orientado nos hace creativos y nos da energía extra para avanzar hacia nuestros objetivos. Pero si permites que campe a sus anchas puede originar una variada gama de enfermedades, desde los dolores de cabeza o de espalda, hasta graves problemas emocionales, bioquímicos y cardiovasculares.
Por eso te invitamos a que te concedas diariamente un regalo: un tiempo especial para ti, para relajarte y prestarte toda tu atención, para sentir la vida en tu interior, para sentirte respirar y escuchar los latidos de tu corazón…
Relajarse diariamente diez minutos nos permite estar más alerta, más oxigenados, menos desgastados, reparar nuestro sistema nervioso, trabajar sin acabar en un estrés desgastante, mantener un mejor sentido del humor y renovar la energía sexual, entre otros beneficios.
¡Relájate… y respira!
Busca un lugar tranquilo, siéntate o mejor, túmbate cómodamente, con la espalda recta, afloja la ropa, el cinturón… si quieres pon una música suave, prueba descalzarte…, relájate… y prepárate para comenzar un camino apasionante que te permitirá recuperar tu poder personal.
…. Disfruta de tu relajación… simplemente presta atención a la sensación maravillosa de respirar, a la sensación de sentir tu corazón latiendo… y la sangre circulando por todo tu cuerpo.
¿Te has levantado sin ganas?
Respira profundamente y coloca la mano en el pecho
¿Sientes eso?
Se llama propósito
Estás viv@ por alguna razón.