Renunciar tampoco es la solución

Renunciar tampoco es la solución

Siempre que usted practique la renunciación, se engaña. ¡Qué tal eso! Se engaña.

¿A qué renuncia?

Siempre que renuncie a algo, queda atado para siempre a aquello a lo cual renuncia.

Hay un gurú en la India que dice:

“Siempre que viene a verme una prostituta, no habla sino de Dios. Dice que está cansada de la vida que lleva. Que quiere a Dios. Y siempre que viene a verme un sacerdote, no habla sino de sexo”.

Muy bien, cuando usted renuncia a algo, queda atado a esa cosa para siempre. Cuando lucha contra alguna cosa, queda atado a ella para siempre. Mientras luche contra ella, le está dando poder. Le da tanto como el que usa para luchar contra él.

Debe “recibir” a sus demonios porque cuando lucha contra ellos les da poder. ¿Nadie le ha dicho esto? Cuando renuncia a una cosa, queda atado a ella. La única manera de salir de ello es mirar a través de la cosa.

No renuncie a ella, mire a través de ella.

Comprenda su verdadero valor y no tendrá que renunciar a ella; sencillamente, ella caerá de sus manos, pero por supuesto, si no ve eso, si usted está hipnotizado y cree que no será feliz sin esa cosa, aquella o de más allá, está esclavizado.

Lo que tenemos que hacer por usted no es lo que la llamada espiritualidad intenta hacer – es decir, lograr que usted haga sacrificios, que renuncie a las cosas. Eso es inútil. Usted todavía está dormido.

Lo que tenemos que hacer es ayudarle a comprender. Si comprendiera, sencillamente dejaría de desear esa cosa. Esto es otra manera de decir: Si usted despertara, sencillamente dejaría de desear esa cosa.

Anthony de Mello

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